La pandemia del coronavirus lo está acaparando todo. Los datos de contagiados, las víctimas mortales o los pacientes curados ocupan los grandes titulares y los temas de conversación de las últimas semanas. Pero más allá del Covid-19, hay otros enfermos que continúan con su batalla diaria contra patologías graves: los enfermos de cáncer siguen acudiendo a quimioterapia, las personas con insuficiencia renal no pueden faltar a diálisis... No obstante, como no podía ser de otra manera, la epidemia está cambiando los hábitos de la sociedad. Especialmente, en su relación con los servicios sanitarios. En las últimas semanas, los centros de salud de Vigo han notando una caída en picado de las urgencias y las consultas atendidas y quienes sí van al ambulatorio lo hacen en general con síntomas respiratorios. La mayoría de las citas se realizan de forma telefónica pero, aún así, hay enfermos que necesitan ser vistos en persona por su médico de cabecera o por un doctor de urgencias. Y, sin embargo, no lo hacen. El motivo es evidente: el temor a ser contagiados. Por ello, pese a tener síntomas preocupante, prefieren esperar a que sea más seguro acudir a un ambulatorio.

"Esto provocará un diagnóstico tardío de patologías graves, como es el caso de algunos procesos oncológicos. Estamos notando un importante descenso de pacientes con enfermedades agudas, y eso no quiere decir que hayan desaparecido, sino que no las estamos percibiendo porque la gente no está viniendo. Cuando esta situación pase vamos a notar un gran incremento en nuestra actividad diaria, se llegarán a diagnosticar enfermedades que se podrían haber detectado hace tiempo. Es importante que si alguien nota una cefalea muy fuerte, por ejemplo, de reciente aparición, o algún otro síntoma preocupante, se ponga en contacto de forma inmediata con su doctor de cabecera para que pueda evaluar su situación", explica Alberto Pazos, médico de familia en el centro de salud de Pintor Colmeiro (ambulatorio en el que se atienden también a los pacientes de Nicolás Peña y López Mora sospechosos de padecer Covid-19).

El hecho de que prácticamente todas las citas se atiendan de forma telefónica también puede provocar que se pueda pasar por alto algún detalle importante que en persona sería más fácil de percibir.

Los ambulatorios también han detectado, además, que hay pacientes con enfermedades crónicas que han dejado de acudir al centro de salud por miedo al contagio. Susana Aldecoa, del centro de salud Rosalía de Castro (donde una trabajadora social está de baja tras haber dado positivo por coronavirus), explica que tienen un listado con los pacientes crónicos a los que llaman con asiduidad para ampliar recetas, ajustar la medicación o valorar la realización de algún análisis de sangre o prueba.

"Muchos tienen miedo de venir en persona. Hace poco un paciente me envió una foto de una lesión cutánea que no tenía muy buena pinta y lo remití directamente al hospital. Y ayer también a uno con sospecha de cáncer de colon", explica esta facultativa de Atención Primaria. Las enfermedades graves, por tanto, continúan planeando sobre la sociedad viguesa.

Tercer bebé sano

Mientras, el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo registró ayer el tercer nacimiento de un bebé gallego sano, cuya madre está infectada por coronavirus. Se trata de una niña nacida por cesárea en la semana 34 de gestación y que está libre del Covid-19. Madre e hija se encuentran ingresadas en el hospital, aunque separadas, ya que la mujer permanece en una unidad de aislamiento para pacientes infectados, y la pequeña está en el servicio de Neonatología, al tratarse de un bebé prematuro. La niña, llamada Xiana, es la tercera gallega que nace sana de una mujer infectada por coronavirus. Las dos primeras madres ingresadas por Covid-19 que tuvieron a sus bebés sanos ya han sido dadas de alta.

El ritmo de contagiados en el área sanitaria de Vigo, mientras, continúa a la baja. Según los últimos datos facilitados por el Sergas hay 1.094 personas que han dado positivo, solo 13 más que el día anterior. La mayoría (908), están en sus domicilios con síntomas leves. 186 permanecen hospitalizados en el Cunqueiro, en Povisa y en Vithas Fátima, de los cuales 34 están en la UCI.

Dos varones y una mujer de 98, 86 y 73 años, respectivamente, son las últimas víctimas mortales, que ascienden ya a 55. Hasta el momento, ya se han dado 132 altas, quince nuevas en solo 24 horas.