El Covid-19 se deja sentir con fuerza en la Autopista del Atlántico. El estado de alarma activado por el Gobierno para frenar la extensión de la pandemia y las restricciones al movimiento han lastrado el tráfico de la AP-9 hasta dejarlo en "mínimos históricos", según Audasa. Los datos que maneja la concesionaria muestran que el uso del vial se ha desplomado hasta quedarse en 4.938 vehículos diarios entre el 23 y 29 de marzo, unas cuatro veces menos que los 22.125 anotados hace un año.

"La cifra representa una movilidad 4,5 veces inferior a la del mismo mes de 2019, con una reducción del tráfico del 77,7%", explican desde Audasa, que detalla que la cifra incluye todo tipo de desplazamientos, tanto los trayectos con peaje como aquellos que se realizan en tramos gratuitos. La media del mes de marzo pasa apenas de los 11.300 conductores diarios, cerca de un 50% por debajo del mismo período de 2019

La concesionaria destaca en una nota emitida hoy mismo que, a pesar del estado de alarma y "la fuerte caída de actividad", mantiene operativa toda "la estructura necesaria para mantener el servicio en condiciones de seguridad y calidad". También resalta que, al menos de momento, no ha reclamado a la administración ayuda para compensar la merma del tráfico. "A día de hoy no pidió ningún tipo de compensación al Estado por las restricciones de tráfico ni solicitó expedientes de regulación temporal de empleo", subraya la gestora de la AP-9 en su comunicado.

La explotación de la Autopista del Atlántico genera a Audasa unos beneficios millonarios. Solo durante la primera mitad de 2019, por ejemplo, ingresó 71,4 millones de euros a través del cobro de peajes, lo que supuso un 7,5% más que durante los mismos seis meses de 2018, y obtuvo un beneficio neto de 18,8 millones.