Los comedores de La Esperanza y la Misión del Silencio hacen un llamamiento a la solidaridad de los vigueses para poder seguir atendiendo a sus 300 usuarios diarios ante las restriciones de seguridad que les impiden abrir sus puertas. Por ello solicitan botellines de agua, conservas, fiambre, yogures bebibles y alimentos no perecederos, así como táperes para que también se puedan repartir comidas calientes.

"Nos vemos obligados a dar bolsas de comida y necesitamos la colaboración de la gente en estos momentos tan difiíciles porque que estas 300 personas tengan una comida cada día depende de que nosotros se la demos o no. Si la gente no puede venir hasta aquí, tiene la opción de hacer un pedido en el súper. Nuestro agradecimiento será enorme", comentaba ayer la hermana superiora Guadalupe.