Uno de los servicios que funcionará a pleno rendimiento durante esta crisis sanitaria es evidentemente el policial. Conscientes de la gravedad de la situación y para evitar contagios, la Policía Local de Vigo, por ejemplo, ha aprobado un protocolo con una serie de instrucciones. Entre ellas se encuentran la de que sus agentes "extremen la prudencia" en la realización de pruebas de alcoholemia y drogas a conductores o restringir únicamente a casos de "extrema necesidad" las intervenciones corporales como son los cacheos que se hacen en identificaciones o detenciones.

Junto a las ya reiteradas medidas del lavado de manos o de dejar una distancia mínima de metro y medio, se han establecido por ejemplo soluciones para evitar aglomeraciones en las zonas de taquillas o baños de la jefatura: un mínimo del 40% del personal de los turnos de mañana y tarde entrará y saldrá media hora más tarde. Habrá además un sistema de comunicación de servicios entre mandos y las patrullas las formarán siempre los mismos agentes, "a no ser por ausencia de algún componente". En la armería hay a disposición de los efectivos botellas de alcohol y paños de papel para la limpieza del material de trabajo y de los propios vehículos policiales.

En relación con las intervenciones en la calle, las pruebas de alcoholemia y drogas, por ejemplo, se harán fuera del furgón policial. "Se extremará la prudencia en su realización", resaltan fuentes municipales. Los cacheos corporales a sospechosos de conductas delictivas, solo cuando sea imprescindible. En las intervenciones humanitarias en domicilio, se valorará el uso de guantes y mascarillas. Y se evita el contacto directo en la recogida de objetos, prendas o documentación. En los puestos administrativos, en la medida de lo posible, se fomentará el trabajo a distancia. Y se suspenden las clases de educación vial y otro tipo de formaciones.

Control de bares y comercios

Y es que, como ocurre con otros cuerpos policiales como Policía Nacional o Guardia Civil, la labor de los agentes municipales está siendo clave a raíz del escenario generado por la pandemia. La pasada madrugada y a lo largo de la jornada diurna de ayer se encargaron de recorrer las calles viguesas para controlar que, a partir de las 00.00 horas, se cumpliese el cierre decretado por la Xunta. Aunque de forma generalizada hubo una actitud responsable, se encontraron con excepciones. De noche tuvieron que cerrar hasta 13 bares o locales de copas que seguían abiertos. Alguno de estos establecimientos lo clausuraron hasta dos veces y uno fue denunciado, por lo que se le impondrá multa, por negarse a bajar la verja.

Ya por la mañana levantaron 20 puestos instalados en Samil y también en horas diurnas hubo que apercibir a más cafeterías con sus puertas abiertas. Además, en A Doblada, Navia y A Miñoca, los agentes desalojaron campos de fútbol sala al aire libre precintados en los que había jóvenes jugando. También recibieron un aluvión de llamadas y consultas de comercios de todo tipo que no tenían claro si podían o no abrir. Por parte de la Policía Nacional, el incidente más destacado fue en un bar de Redondela con clientes que no querían irse.