La carga de trabajo se ha multiplicado en los juzgados de Primera Instancia de Vigo. Las estadísticas así lo avalan: el último año, cada una de las 11 salas civiles -el partido judicial cuenta con un total de 15 pero tres están especializadas en Familia y otra asume únicamente procedimientos de cláusulas suelo- asumió 371 casos más de los que aconsejan los módulos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Concretamente a lo largo de 2019, estos tribunales contabilizaron la friolera de 17.281 asuntos, sumando demandas y ejecuciones, lo que equivale a un 30% más del volumen recomendado. Esto motivó que en la última reunión de jueces de esta jurisdicción civil celebrada ayer reclamasen al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) la creación de dos nuevos juzgados de Primera Instancia, a mayores de requerir una medida de refuerzo consiste en una magistrado, previsiblemente sin relevación de funciones para tratar de paliar la sobrecarga de trabajo que realizan.
Asimismo lo reconocía el propios juez decano de Vigo, Germán Serrano, quien calificaba de "importantísimo" y "exponencial" el crecimiento de la ligitiosidad en estos órganos. "Se trata de una necesidad que trasladaremos de forma urgente a la Sala de Gobierno del TSXG", evidenció el también magistrado de lo Social. Esta petición llega días después de que el mismo alto tribunal gallego propusiese crear la séptima sala de lo Social, olvidando en su propuesta de órganos de nueva creación a Civil.
Esta propuesta de dotaciones todavía debe de pasar por Comisión Mixta para su aprobación, por lo que no sería de extrañar que se plantease en la reunión entre Xunta y TSXG un cambio en la propuesta y solicitar a mayores del juzgado laboral otro dedicado a litigios civiles ordinarios. A partir de ahí, la propuesta formal se trasladará al Ministerio de Justicia para la dotación presupuestaria del mismo.
Fondos buitre y monitorios
¿Que ha provocado este disparo en la litigiosidad? El pleito estrella en estos juzgados civiles es sin duda el monitorio, un procedimiento enfocado a poder reclamar una deuda de forma rápida y ágil. Un tipo de asunto que se disparó en 2019 un 40%, hasta alcanzar los 6.341 expedientes: una media de 17 diarios. La tramitación de este procedimiento se ha recrudecido en los últimos meses. "La mitad de los asuntos que tenemos son monitorios y a mayores la tramitación se ha complicado porque tenemos que llevar a cabo un control mucho más exhaustivo, la normativa nos obliga a examinar más los oficios de forma mucho más exhaustiva, por lo tanto todo el proceso se ralentiza más", explica una de estas magistradas.
También crecieron otros litigios como los préstamos online, las tarjetas de crédito o las de los centros comerciales. Además, el fenómeno de los fondos buitre -esas sociedades extranjeras que compran grandes paquetes de impagos a bancos para después ir contra el deudor- prosigue con intensidad. Y esta cesión de créditos, tanto a esos fondos como a otro tipo de sociedades financieras, supone además una carga de trabajo adicional.
