Un procurador vigués acusado de delitos de falsedad documental y estafa por supuestamente alterar un documento, simulando que procedía del juzgado, para cobrar 300 euros de honorarios que exigía a un cliente, negó ayer en el juicio los hechos. Su defensa pide la absolución y apuntó a que se debió investigar al gerente del despacho para el que trabajó su representado hasta que se rompieron las relaciones, gerente que llegó a estar investigado en esta causa y que tiene una condena por intento de estafa. La fiscal, por el contrario, pide un año y 9 meses de cárcel para el procurador y 2.410 euros de multa. "Por mucho que se diga que el despacho para el que trabajó era poco fiable, el único que se podía beneficiar de lo ocurrido era el acusado", resumió.
El procurador trabajó para un despacho del que se fue, relató, al descubrir que funcionaba "fatal" y entregaban minutas a su nombre sin su conocimiento. El denunciante es un cliente del bufete al que representó por un divorcio, primero en el juzgado de Familia y después en la Audiencia. "Con las relaciones rotas con el despacho, como dice la ley reclamé al poderdante [cliente] los 300 euros de la apelación, que yo no había cobrado", dijo el acusado, que negó la falsificación. El cliente le respondió que ya había abonado la minuta en el referido despacho.
Sobre lo ocurrido, el denunciante declaró que al recibir lo que creía que era un documento judicial pagó, pero cuando fue al tribunal le dijeron que esa carta no era del juzgado: ni el sobre, ni el sello ni el número de cuenta coincidían.
