Pasaban pocos minutos de las 11:30 horas cuando en el exterior de la estación marítima de Vigo se comenzaron a escuchar gritos de una mujer que pedía auxilio. El integrante del grupo de Fronteras de la Policía Nacional salió entonces a la carrera hacia la zona del embarcadero del Real Club Náutico de Vigo para intentar localizar a la víctima.Tras recorrer todo el perímetro no logró ver a la mujer, pero pudo determinar una posible ubicación por los gritos.

Además, en el tercer pantalán descubrió un carro de dos ruedas junto a uno de los barcos, con los cajones abiertos, por lo que supuso que posiblemente esta persona estuviera haciendo labores de mantenimiento en una embarcación y se cayese al agua. Inmediatamente contactó con la policía portuaria para que abriesen la puerta de acceso y solicitar su colaboración en la localización y rescate.

Ya en el pantalán se dirigió hacia donde se encontraba el carrito y localizó a una mujer sumergida en el agua hasta el la atura del pecho, fuertemente agarrada a los cabos de amarre de uno de los veleros. La accidentada dijo que tenía las botas y el traje lleno de agua, y que pesaban mucho y no podía nadar ni salir.

El agente procedió a tranquilizarla e informarla que venía personal de la Policía Portuaria y del Club náutico de camino, recolocando las defensas del barco para que este no oprimiera a la mujer contra el pantalán, al tiempo que alejaba el casco de la embarcación de la mujer para que no la golpease. En ese momento llegó al lugar un marinero de servicio del Club náutico así como varios voluntarios que lograron sacar a esta mujer del agua.