Buny, la empresa que ha repartido cerca de 60 patinetes eléctricos de alquiler por todo el casco urbano, mueve ficha. Después de que el Concello decidiese retirar sus vehículos por tenerlos anclados sin permiso al mobiliario urbano -"aparcabicis", farolas y bancos-, la compañía, con sede en Madrid, ha decidido cambiar su modelo de negocio. En vez de dejar los patinetes en zonas abiertas para que sus usuarios puedan recogerlos y dejarlos tras su uso, prestará el mismo servicio desde espacios privados, como tiendas, bares o supermercados. La idea -explica su responsable, Sergi Monferrer- es seguir alquilando los patinetes y que sean los usuarios quienes puedan recogerlos y aparcarlos, pero no en superficies públicas, como ahora. Con el cambio Buny aspira a sortear los repartos del Ayuntamiento.
