El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, junto al equipo directivo del Sergas, mantuvo ayer la primera reunión con el comité de empresa de Povisa después de la venta del hospital a Ribera Salud. El conselleiro trasladó a los trabajadores que el concierto en vigor firmado entre el Sergas y el centro sanitario para la prestación de asistencia pública en el área de Vigo garantiza la calidad y la seguridad tanto de la asistencia como de los puestos de trabajo.

El departamento encabezado por Almuiña defiende que este compromiso quedó reflejado por escrito en la modificación introducida en el concierto en vigor, firmada en enero de este año entre el Sergas y los anteriores propietarios de Povisa, cuando el hospital privado vigués presentó el preconcurso de acreedores que amenazaba su viabilidad. El concierto recoge textualmente el objetivo de encontrar soluciones "que puedan permitir mantener el nivel de empleo en Povisa, apostando por un trabajo estable y de calidad, garantizando para eso los niveles de actividad necesaria que únicamente el mantenimiento del concierto puede asegurar". Almuiña defendió ante los trabajadores que el cambio de propiedad del hospital no afecta a la aplicación del actual concierto en vigor, que está vigente hasta 2022.

Asimismo, durante la reunión, los representantes de los trabajadores pudieron manifestar sus principales preocupaciones y el Sergas se comprometió a trasladárselas a Ribera Salud, el nuevo propietario de Povisa.

El conselleiro de Sanidade insistió ayer por la tarde en el Parlamento de Galicia que la principal preocupación del Sergas respecto a Povisa siempre fue el mantenimiento de la calidad asistencial y de los puestos de trabajo, independientemente de quién sea el dueño del hospital. Con la venta de Povisa, en palabras de Almuiña, se está hablando de "una decisión empresarial con una multinacional que gestiona servicios sanitarios en distintos países del mundo", y que no se trata de un fondo de inversión.

Ayer por la mañana, además, unos cincuenta trabajadores de Povisa se trasladaron a Santiago para concentrarse ante el Parlamento en busca de apoyo político que garantizase el mantenimiento de sus puestos y mejorase la calidad asistencial. La portavoz del sindicato Unenf, Conchi Sánchez, que acudió a la movilización, solicitó que en caso de que no se garantizasen los puestos de trabajo, el Sergas integrase a los empleados de Povisa en la plantilla de la sanidad pública.