Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El patinete se resiste a bajar de la acera: "Si me obligan, lo dejo"

Los usuarios entienden el veto a circular por las orillas pero denuncian su "miedo" a los coches

José Ramón Rodríguez, usuario, con su patinete por la calzada. // FdV

El uso del patinete eléctrico se sigue moviendo en esa fina línea que separa la seguridad del cumplimiento de la actual normativa. Porque una y otra, en función de las circunstancias, no siempre encajan como una sola pieza. Después de que el Ayuntamiento avisara de que el Reglamento General de Circulación (art. 121.5) impide el tránsito por las aceras y zonas peatonales, los usuarios de este tipo de vehículos se divide en dos grupos: los que aplican la advertencia y los que -no sin cierta resignación- siguen subidos a las orillas de las calles por miedo a compartir la calzada con los vehículos.

El Concello, que ya ha retirado 29 patinetes eléctricos por cometer distintas infracciones (desde conducción temeraria hasta pilotar bajo los efectos del alcohol) y que está a la espera de que el Estado mueva ficha para diseñar una regulación más precisa, asume que estos nuevos vehículos han llegado para quedarse. "A mí el sistema me gusta", previno ayer el alcalde. "Tengo mi propia intuición, y es que el patinete no hay quien lo pare". No obstante, la legislación actual es la que es, y Abel Caballero reveló que la Policía Local "ya está apercibiendo" a los usuarios que transitan por las aceras. Y si los avisos no surten efecto, habrá algo más que palabras, avanzó: "Si siguieran habría que empezar a multar, claro, porque es cierto que hay un riesgo". En todo caso, el regidor confía en que los nuevos carriles bici aporten una tercera vía para estos aparatos.

"Tengo miedo"

Si ese extremo llegara a producirse, hay quien abandonaría el patinete. "En el momento en el que multen por ir por la acera, lo dejo", lamenta María Couso Villar en una pausa de su trayecto por García Barbón. Para ella el patinete significa sobre todo "rapidez" para "hacer los recados" pero si, en caso de tener que apearse de la orilla, dejará de ser una opción: "Es por los coches. Ahora mismo tampoco circulo en la carretera con la bicicleta, es que no me siento segura", cuenta, sin dejar de reconocer que algunos de los que comparten terreno con los peatones "van como locos".

Callejeando por Marqués de Valladares tras cruzar Policarpo Sanz, Miguel Castañal se despoja de su casco tras estacionar su nuevo patinete, equipado con varias luces y más autonomía: la última compra tras una experiencia de dos años y medio. Miguel, ecologista no solo confeso sino practicante -regenta el Kastami´s, un fast-food vegano en el centro- ha leído la noticia del aviso del Ayuntamiento, aunque se sigue sintiendo un poco temeroso por el riesgo de desperfectos en la carretera. "Yo tuve un par de caídas por el estado de las aceras y la calzada: se te engancha la rueda en uno de esos baches y me la pego. Me lesioné la muñeca y la rodilla ". Steven Aneiros, londinense de familia gallega y uno de los empleados en el restaurante, lo usa todos los días para ahorrarse casi una hora de paseo nocturno a su casa, y su opción es la acera: "No tengo la confianza para ir al lado de un coche que es diez veces más grande; si me pega, me voy volando".

En cambio, José Ramón Rodríguez espera pacientemente en un semáforo de República Argentina junto con otros vehículos. Por preferir, se inclina por las aceras, pero entiende que a la gente "le molesta" y que otra "no sabe circular", pues al ir pegada a las paredes se topa con la salida de los garajes o con vecinos saliendo del portal. José Ramón, que vive en Ponteareas, es otro perfil de usuario: cada mañana deja el coche en un garaje lejano y despliega el patinete de su maletero para ir hasta su puesto de trabajo.

Por cuestiones laborales, pero también por falta de conexión con el transporte público, lo emplea Livia Boros. A las seis de la mañana se desplaza con él por Travesía de Vigo, y horas más tarde lo toma para bajar a García Barbón. ¿Por dónde? Por la carretera, no siempre. "Tengo miedo, es peligroso", zanja.

Compartir el artículo

stats