Para unos, los más pequeños, uno de los primeros grandes cambios de su corta existencia. Para otros, el momento del reencuentro con las decenas de amigos y profesores de los que se despidieron hace más de dos meses y el día de conocer a los nuevos tutores y compañeros. Muchas sonrisas y, como es natural, más de una lágrima. Pero sobre todo, ilusión. Mucha ilusión. Mochilas cargadas para celebrar el primer día de cole.

Más de 23.600 alumnos de Infantil y Primaria comenzaron ayer las clases en Vigo. Son unos 300 más que el año pasado, según destacó el propio alcalde, Abel Caballero, que participó en el inicio del curso del colegio Escultor Acuña. También la delegada de la Xunta en Vigo, Corina Porro, quiso celebrar esta fecha señalada para los más pequeños de la casa. Lo hizo acompañando a los alumnos de los colegios García Barbón y San Salvador de Teis.

En Infantil comenzaron las clases 7.069 estudiantes (3.165 en centros públicos y 3.848 en concertados). Mientras que en Primaria volvieron a los pupitres 16.296 alumnos (7.226 en colegios públicos y 9.070 en concertados).

El de ayer fue un día de reencuentros, presentaciones y comienzo del periodo de adaptación de los más pequeños que acaban de dar el salto al colegio. Una jornada diferente que irá dando paso a la rutina escolar de clases, recreos, deberes, comedor o actividades extraescolares durante los próximos nueve meses.

Pero el inicio del curso no solo supone un gran cambio para los alumnos, los padres o los profesores. Lo es también para el resto de ciudadanos, particularmente en materia de tráfico. Y es que la circulación de la ciudad cambia por completo en las horas punta respecto al periodo vacacional. Y, aunque los cambios introducidos en calles como Camelias, Venezuela o las obras de Gran Vía hacían presagiar momentos de colapso circulatorio, el tráfico fue fluido. A ello contribuyó el despliegue que realizó la Policía Local en las zonas más conflictivas.

De hecho, y según avanzó el alcalde, casi 100 centros educativos se acogieron ya a los planes de tráfico impulsados por el Concello para mejorar la circulación en las inmediaciones de los centros escolares. Entre las medidas destaca la reserva de plazas para que los padres puedan parar para dejar a sus hijos.