La Policía Local precintó en la madrugada de ayer la noria de la fiestas de Bouzas tras detectar un "funcionamiento anómalo" en la atracción de feria y tras recibir una llamada en la que se advertía del desplazamiento de una de las cabinas que, según parece, se quedó abierta cuando estaba ocupada por una niña de 7 años. El suceso ocurrió media hora después de los fuegos artificiales a los que asistieron miles de personas.

El responsable de atracción, identificado como D. S. H, un jienense de 39 años, explicó a los agentes que la situación se habría producido por una descompensación del peso de los usuarios en las carlingas. Aunque la noria de Bouzas contaba con los permisos y la documentación en regla -tanto con el seguro de responsabilidad civil como el certificado de solidez de montajes- la Policía Local, con el respaldo de los bomberos, paralizó la actividad. El propietario tenía previsto desmontarla ayer para instalarla en Santiago, pero tuvo que esperar a que los técnicos municipales revisasen la instalación y se emitiese un informe sobre lo ocurrido.