El ascensor que salva el importante desnivel entre las calles Menéndez Pelayo y Camelias, en el centro de Vigo, ha vuelto a jugarle una mala jugada a sus pasajeros al dejar a cinco personas atrapadas esta tarde en la ciudad olívica mientras realizaban el trayecto que une las dos calles.

La fortuna ha querido que la incidencia durase poco tiempo y que los ocupantes del ascensor bajasen por su propio pie del cubículo rojo que echó a andar hace cinco años en Vigo como parte del proyecto Vigo Vertical.

A pesar de que los bomberos del parque municipal de Balaídos acudieron a la llamada de socorro, a mitad de camino se dieron la vuelta a las instalaciones en las que juega el Celta de Vigo al saber que las cinco personas habían salido del ascensor. El equipo de técnicos revisa ya las instalaciones por si esta avería pudiese ser el indicio de un problema mayor. No es la primera vez que ocurre

Lo cierto es que el ascensor entre Camelias y Menéndez Pelayo no nació con buen pie. Fue en 2015 cuando echó a andar y cuando no se había cumplido ni un mes de su puesta en funcionamiento, el primer ascensor urbano de Vigo sufrió las consecuencias de los actos vandálicos, que lo dejaron sin uso al colocar piedras en los raíles. En aquella ocasión el ascensor también se quedó parado con gente dentro y los técnicos tuvieron que abrirles las puertas para que pudieran salir.

Para evitar que los vándalos hagan de las suyas, el Concello de Vigo decidió entonces instalar cámaras de seguridad en el entorno para vigilar la zona. En un informe reciente, la factura del vandalismo le cuesta a la ciudad más de medio millón de euros en pintadas y destrozos. Entre enero y mayo las concesionarias se gastaron 195.100 euros solo en cambiar colectores y papeleras