El personal sanitario de los Puntos de Atención Continuada (PACs) del área de Vigo está perdiendo la paciencia. Casi un año y medio después del inicio de las protestas y las negociaciones, denuncian que su situación, lejos de mejorar, ha empeorado. Se refieren, concretamente, a los momentos en los que algunos PAC, como hace unas semanas el de Porriño, se quedan sin médico y los pacientes no pueden ser atendidos. O durante la Semana Santa, una época especialmente sensible en cuanto a presión asistencial, pues los centros de salud permanecen cerrados cuatro días seguidos y la llegada masiva de turistas.

"En años anteriores era posible disponer de refuerzos sanitarios para contrarrestar este efecto pero este año no ha sido así. Comprobamos cómo en el PAC de A Guarda solamente un médico con el apoyo de dos enfermeras se vio obligado a atender todas las urgencias de tres ayuntamientos (O Rosal, Oia y A Guarda) durante 24 horas el Jueves Santo, traslados a Vigo incluidos", denuncian. Los trabajadores lamentan que situaciones similares a esta son muy habituales y en las últimas semanas también se dieron en los PAC de Val Miñor y Redondela.

El Sergas defiende que en casos como estos la asistencia está garantizada. "Lo que olvida es relatar en qué condiciones. El personal está obligado a doblar turnos, a renunciar a días libres y a conciliar con la vida familiar. También a desconocer su calendario laboral con antelación, a trabajar durante más horas de las estipuladas inicialmente o a desempeñar el trabajo de dos compañeros siendo solo uno o incluso perteneciendo a diferentes categorías, como ocurre cuando un médico o un enfermero se quedan solos en un centro sin apoyo de más personal", denuncian los trabajadores.

Consideran que solo el azar y la profesionalidad y esfuerzo de los empleados han conseguido que no se produjera un caso como el vivido en verano en A Estrada.

Por todo ello exigen a la gerencia del área sanitaria de Vigo una solución, que consideran que pasa por aumentar la plantilla. "Tampoco pedimos tanto: un sueldo digno, unas plantillas y unos recursos adecuados para desempeñar nuestro trabajo y unos derechos básicos. Esos que hasta ahora se nos han negado y que se nos siguen negando", concluyen.