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La Universidad entrena a la policía de élite

Un estudio experimental con agentes del Cuerpo de Intervención de Portugal demuestra los beneficios en la condición física y la salud de un programa de entrenamiento de peso corporal

Agentes de la Unidad Especial de Policía de Portugal. // Facebook UEP

Pertenecer a las unidades de élite exige una gran condición física, propia de los deportistas del más alto nivel, para garantizar el mejor rendimiento a la hora de desempeñar tareas que implican un elevado riesgo. Una tesis desarrollada en la Universidad de Vigo ha puesto a punto un programa de entrenamiento cuyos beneficios en la forma y la salud de los agentes han sido testados en un grupo de voluntarios del Cuerpo de Intervención (CI) de la Policía de Seguridad Pública (PSP) de Portugal.

Su autor, Alfredo de Oliveira Araújo, también pertenece a este cuerpo encargado, entre otras misiones, de mantener y restaurar el orden público, intervenir en situaciones de violencia altamente peligrosa o desactivar explosivos. Y cuya presencia en las calles ha aumentado en los últimos años como resultado del incremento en el nivel de seguridad del país vecino para evitar atentados terroristas.

De Oliveira, titulado en Deporte y con un máster en Fitness por el Instituto Politécnico de Viana do Castelo, compatibiliza sus estudios de doctorado en el grupo HealthyFit del campus de Pontevedra con su trabajo de policía y también como director técnico de un gimnasio. "No es fácil ni tampoco habitual", admite el agente, que está tutorizado por los profesores José María Cancela (UVigo) y Luís Paulo Rodrigues (Viana do Castelo).

El grupo de voluntarios que participaron en el estudio proceden de su misma unidad del CI, la de Oporto. Y su tesis constituye el primer estudio experimental que implica a la Policía portuguesa. "Se han hecho investigaciones con este colectivo en EE UU, Brasil o Canadá, pero en Europa hay muy pocas y en mi país no hemos encontrado ninguna", apunta.

En total, participaron 52 agentes de entre 30 y 55 años -todos hombres porque todavía no hay ninguna mujer en el cuerpo- para comprobar los efectos en la forma física y la salud de un entrenamiento de peso corporal, es decir, sin ningún tipo de equipamiento, durante 12 semanas.

De Oliveira destaca en su estudio que el entrenamiento con peso corporal, aunque infravalorado por muchos, ofrece buenos resultados si se mantiene en el tiempo. Además cuenta con ventajas como la facilidad para realizarlo en cualquier momento y lugar ya que el usuario no necesita ningún tipo de accesorio, además de que contribuye a la disminución de la probabilidad de lesiones y es una forma rápida de quemar calorías y aumentar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio.

Antes del estudio experimental, el autor del trabajo ya había realizado un seguimiento a agentes que no realizaban ningún tipo de entrenamiento y pudo constatar una reducción de su capacidad funcional y un empeoramiento de las condiciones de salud.

Los 52 voluntarios se dividieron en tres grupos: uno de control que no realizó el entrenamiento; otro de prescripción, cuyos miembros se ejercitaban por su cuenta; y el de supervisión, que contaba con la ayuda de un profesional.

Los agentes tenían tres sesiones semanales de entre 30 y 40 minutos, dos de entrenamiento de circuito y otra de carrera continua, con evolución en la intensidad, el tiempo y el tipo de ejercicio.

De Oliveira analizó variables morfológicas, entre ellas, el peso, el índice de masa corporal o la grasa abdominal; de aptitud física -potencia aeróbica, fuerza de prensión de la mano, flexibilidad o resistencia muscular; y también biológicas: presión arterial, glucosa, colesterol, trigliceridos y otros indicadores de riesgo cardiovascular.

Los resultados obtenidos evidenciaron que el grupo de control, que no entrenó durante los tres meses del estudio experimental, sufrió una evolución negativa en la potencia aeróbica y en la de las extremidades inferiores, en definitiva, de su aptitud física.

Por su parte, los agentes que siguieron el entrenamiento, tanto los que lo hicieron por su cuenta como los que contaban con supervisión, presentaron una evolución positiva de todas las variables. Aunque los resultados fueron mucho mejores en el grupo que estuvo acompañado por un profesional durante las sesiones.

La experiencia resultó tan positiva que los policías continúan ejercitándose con este programa, que no solo mejora la condición física y la salud de los policías, sino que contribuye a reducir las bajas y, por tanto, una parte de los costes que deben asumir las administraciones.

"El estudio demuestra que es una respuesta eficaz para gestionar el tiempo invertido en la actividad física. Y lo puede poner en práctica cualquier persona que lo necesite", destaca De Oliveira, cuya intención es seguir realizando estudios de este tipo a pesar de las dificultades económicas que sufre la investigación. Como ejemplo, él pagó de su bolsillo las pruebas médicas biológicas.

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