La Universidad mantiene su intención de "erradicar" los botellones y lamenta que centenares de jóvenes dejasen el miércoles el parque forestal de Beade cubierto de toneladas de basura tras impedírseles el acceso a la plaza Miralles con motivo del día de San Pepe. "Estamos muy satisfechos de que no se celebrase en el campus, pero nuestros queridos vecinos no tienen por qué pagar un problema con el que no tienen nada que ver. Siempre hemos tenido muy buena relación y ya les hemos explicado que no es una actividad que nosotros organicemos ni propiciemos. No tiene nada que ver con la institución ni con nuestra delegación de alumnos de Industriales. En el futuro trabajaremos mano a mano con los comuneros para que no se repita. Y si se produce de nuevo seremos colaboradores para evitar los contratiempos que surjan", destacaba ayer el rector vigués tras recorrer la zona junto al presidente de la comunidad de montes, José Rodríguez.

Manuel Reigosa reconoce que la elección del parque como alternativa al campus era "impensable" para el equipo de gobierno y descarta que el personal de seguridad de la Universidad, que se reforzó ese día para proteger todos los edificios, derivase a los jóvenes hacia dicho emplazamiento.

"No contábamos con ello, sobre todo, porque mucha gente viene de fuera de Vigo. Creíamos que al no encontrar disponibles en la Universidad ninguno de los espacios que contaban con ocupar unos se marcharían aburridos y otros se quedarían en grupos pequeños repartidos por el campus. Pero esa misma tarde ya nos pusimos en contacto con la comunidad de Beade para ponernos a su disposición y le ofrecimos una brigada de limpieza. Lo que pasa es que ellos contaban con que serían suficientes los esfuerzos habituales", asegura el rector.

Los servicios municipales de limpieza retiraron durante la mañana de ayer la basura que todavía permanecía en la zona después de que jóvenes voluntarios, entre ellos, algunos de los participantes en el "macrobotellón", recogiesen una buena parte de los residuos de plástico y cristal durante la jornada festiva del jueves.

En total, la basura retirada por las brigadas del Concello rondaba los 20 metros cúbicos de volumen, lo que supondría llenar alredor de 20 contenedores urbanos.

"Considero tremendamente positivo que parte de los chavales regresasen a limpiar después de que ellos mismos evidenciasen a través de las redes el estado lamentable en el que dejaron el monte", apunta Reigosa.

"Obviamente no pensábamos que el problema se fuese a trasladar pero el botellón es un fenómeno complejo. A partir de ahora contaremos con la comunidad de montes de Beade en todas la reuniones que hagamos sobre el tema y estoy seguro de que también el Concello nos echará una mano", sostiene el rector.

"El botellón en el campus genera problemas más graves que en otras ubicaciones y una de las razones que nos mueve a ser tan beligerantes es la seguridad. No puede ser que haya chavales borrachos subidos a edificios o metiéndose delante de las ruedas de autobuses, y menores tomando alcohol es algo a impedir siempre. El botellón nunca puede ser universitario. Una cosa es la fiesta y que los estudiantes lo pasen bien y otra la ingesta desproporcionada de alcohol por parte de jóvenes que vienen de Oviedo, Portugal o A Coruña y que en muchos casos no son universitarios. Estoy convencido de que poco a poco y con la ayuda de todos lograremos erradicarlo", insiste.

El gobierno universitario mantuvo reuniones con Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local y Vitrasa en las semanas previas a San Pepe para tomar medidas disuasorias, entre ellas, prohibir el acceso a las lanzaderas que subían al campus de menores o de gente con botellas de cristal. "El año que viene la presión será menor porque habrá menos gente dispuesta a venir cuando la convoquen por las redes", confía Manuel Reigosa.