Mesas y bancos de piedra repletos de bolsas de basura y el suelo y las zonas verdes cubiertas por un manto de restos de plástico y cristal. El parque de Beade ofrecía ayer una imagen bochornosa tras el paso de centenares de jóvenes sin ningún tipo de conciencia ni educación que decidieron celebrar allí la fiesta tras impedírselo la Universidad en la plaza Miralles.

"Mucha gente que acudió a pasar el día festivo se tuvo que marchar. Y ahora viene el fin de semana, así que el Concello debería tomar medidas urgentes de limpieza", reclamaba ayer el presidente de la Mancomunidad de Vigo, Uxío González.

El recinto natural incluye un merendero, un parque infantil y una zona verde, por lo que es muy frecuentado por familias, así como por aficionados al deporte. Sobre todo, cuando el tiempo acompaña como ocurre estos días.

Lo ocurrido en Beade evidencia el reto que supone el control de los botellones, cuyos efectos ya tratan de evitar las autoridades competentes en otras zonas de la ciudad como As Avenidas.

La delegación de estudiantes de Industriales desarrolló este año un programa de actividades culturales y deportivas como alternativa a la concentración en Miralles, que no está organizada por los estudiantes ni por el Rectorado y que, por tanto, carece de cualquier medida de seguridad. Además muchos de los asistentes son ajenos a la Universidad.

Los propios alumnos quisieron dejar claro que no se oponían al botellón sino que querían devolver San Pepe a la escuela e incluso animaban a hacerlo de forma respetuosa y recogiendo la basura. Un mensaje que sigue sin calar entre la mayoría de quienes participan en estas concentraciones.