Los interminables trámites burocráticos que frenaban el proyecto para recuperar la emblemática panificadora de Vigo llegan a su fin. La Gerencia de Urbanismo llevará este jueves la aprobación provisional de la modificación puntual del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Casco Vello para sacar adelante el proyecto de La Panificadora. "La recuperación es imparable", aseguró el alcalde, Abel Caballero. Una vez Urbanismo le dé luz verde, la Xunta tendrá dos meses para presentar un informe que avale o no la actuación en la antigua fábrica de pan.

El gobierno local ha incorporado todas las alegaciones de Patrimonio "pese a que fueron presentadas fuera de plazo", por lo que espera que dicho dictamen sea favorable. Entre esas peticiones se incluyen el mantenimiento de la huella de la calle Santiago con la futura plaza, las pautas de la guía de color, la dotación mínima de veinte plazas de aparcamiento sin afectar a las zonas verdes, respetar la normativa de accesibilidad y una evaluación del impacto del proyecto en la Hacienda Pública. Ya se han recibido informes sectoriales positivos, no obstante, de la consellerías de Infraestruturas y de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, y de los Ministerios de Economía y Empresa y Transición Ecológica.

Cuando se consiga el plácet de Patrimonio, el gobierno local podrá llevar ya el proyecto al pleno para que la corporación municipal lo apruebe de forma definitiva. Será en ese momento cuando el Concello inicie el expediente expropiatorio de los terrenos. Precisamente, los dueños solo presentaron ocho alegaciones y ninguna fue aceptada por Urbanismo porque "estaban hechas desde los intereses de los propietarios y no buscando el interés urbanístico de la ciudad o de conceptos jurídicos". "Son contrarias a la ordenación. No vamos a permitir que nadie defienda intereses particulares, queremos la recuperación íntegra. Así que vamos por la vía del medio: la expropiación", explicaba el regidor olívico.

El proyecto elaborado por los arquitectos gallegos Jorge Salgado y Celso López, cuya propuesta ganó el concurso de ideas convocado por el Concello, respetará todos los elementos históricos protegidos de la Panificadora, como los silos, el edificio principal, el almacén y el edificio de la calle Falperra. El objetivo final es convertir la construcción, deshabitada desde hace medio siglo, en una zona de equipamiento público de carácter sociocultural.

El diseño del proyecto plantea una gran plaza en torno a la que se articulan los diferentes usos que tendrá el complejo. Habrá una biblioteca en un edificio de 2.500 metros cuadrados, una zona destinada a espacios musicales y otro para ensayo de teatro y danza. En otro de los inmuebles se ubicará un gimnasio y un spa en el semisótano, un espacio de coworking en la planta baja, un piso se destinará a oficinas y dos plantas serán para el instituto de innovación gastronómica. También habrá una cafetería en la planta superior con vistas a la ría de Vigo. Otro de los elementos clave será el gran mirador de doscientos metros cuadrados conectado por una pasarela con el edificio del instituto gastronómico y cafetería y un ascensor panorámico. "Es una obra de rango histórico que rectificará uno de los tres grandes errores de la ciudad", explicaba Caballero.

La modificación del Pepri corrige ligeramente las dimensiones del ámbito de La Panificadora hasta fijarlo en 10.683 metros cuadrados y la ordenación interna se modifica para "coser" diferentes tejidos urbanos y crear una nueva fachada hacia el Ayuntamiento. Los objetivos plasmados en el documento urbanístico son la protección del patrimonio, la preservación del skyline de la ciudad y la sustitución de los usos lucrativos por nuevas dotaciones públicas, además de la creación de una gran plaza que favorecerá la conexión entre Praza do Rei y el Casco Vello a través de 3.162 m2 plagados de árboles de hoja caduca y pérgolas de vegetación.

La inversión necesaria para transformar la antigua fábrica de pan se estima en unos 20 millones de euros. A la espera de que se sume algún operador privado para gestionar espacios como el gimnasio o la cafetería, el 39,27% lo financiará el Ayuntamiento y el 60,73%, el Consorcio de la Zona Franca. Se fija un período de cinco años en los que se invertirá una media de 4 millones por ejercicio.