El temporal de los últimos días afecta, literalmente, a la sanidad. Cuando la lluvia y el viento arrecian, los pacientes y el personal del centro de salud de Lavadores conviven con considerables filtraciones. Desde hace más de cinco años el ambulatorio sufre goteras en su pasillo central y el Sergas todavía no las ha reparado. La causa: la claraboya del techo presenta roturas en diversos puntos. Todo ello deja una curiosa estampa nada más entrar por la puerta del centro sanitario: cartones y cubos por el suelo para captar el agua, varios elementos que alertan de que la superficie está mojada, etcétera.

Los pacientes no dan crédito. "Llevo años viniendo aquí a mi médico de cabecera y no recuerdo un día lluvioso sin que haya goteras. Es una tomadura de pelo que en pleno siglo XXI pasen estas cosas", apuntaba un enfermo. Hace tanto tiempo que el problema persiste que pacientes y trabajadores sanitarios están ya demasiado acostumbrados a la situación y la han normalizado. Ya saben que a la mínima llovizna hay que parapetar el pasillo central con cartones y cubos.

Cuando hay un temporal como el que azota estos últimos días no solo llega el agua al interior del ambulatorio, sino que se desprenden trozos de metacrilato de la claraboya. "Claro que se quejan los pacientes, llevamos así demasiado tiempo. Tanto ellos como nosotros vamos a tener que empezar a traer paraguas cuando vengamos", se lamenta un profesional.

Según el personal, el Sergas "hizo un apaño" hace dos años pero no ayudó a solucionar el problema. No entienden cómo Sanidade no ha reparado esas goteras. "Dicen que ya tienen el presupuesto para la reforma pero nada. Seguimos esperando a que arreglen esto", lamenta otro empleado.