El Casco Vello y su entorno contarán con un nuevo aparcamiento disponible las 24 horas del día en entre finales de abril y principios de mayo. Zona Franca ya dispone del proyecto de obra para poder mantener abierto el de A Laxe de forma ininterrumpida e iniciará los trabajos, presupuestados en unos 20.000 euros, en seis semanas.

La apertura del aparcamiento en horario no comercial generaba un problema de seguridad ya que el subterráneo no tiene acceso peatonal directo desde el exterior. Esta situación obligó a buscar una solución para aislarlo de la superficie.

Habrá tres accesos independientes. Uno de ellos será en el bloque triangular anexo al edificio principal y ubicado frente a Cruz Roja, que alberga ascensores y escaleras. Fuera del horario comercial se mantendrán abiertas estas últimas. Pero solo el tramo que parte desde Cánovas del Castillo hacia las dos plantas inferiores. Por tanto, se separará con una malla metálica del tramo ascendente, que dispone de su propia puerta y llega hasta la terraza.

La segunda entrada será utilizando una de las puertas de emergencia del bloque principal en su fachada a Cánovas del Castillo. Da acceso a un ascensor y otras escaleras. Será necesario separar este espacio del resto del centro comercial con una puerta cortafuegos. El tercer acceso exclusivo al aparcamiento ya existe. Está situado bajo la rampa que comunica con el Casco Vello, en el punto en el que gira. También se independizarán mediante persianas la zona de las máquinas de pago de las escaleras mecánicas.

El director de obra y la empresa adjudicataria de los trabajos se reunieron esta semana para perfilar los últimos detalles del proyecto y poder encargar los materiales. Los trabajos empezarán en seis semanas y se prolongarán otras cuatro. Para la disponibilidad de estas 500 plazas de aparcamiento de forma ininterrumpida también será necesario reforzar la plantilla de este servicio. Desde Zona Franca prevean que todo estará listo para finales de abril o principios de mayo.

El delegado del Consorcio, David Regades, cumplirá así con la medida anunciada para hacer frente a la alta demanda en la zona optimizando los recursos existentes. Al ser un centro comercial y no poder reservarse plazas para vecinos, la oferta está más enfocada a dar servicio a la hostelería y el comercio del entorno. Esta es la única obra que Zona Franca va a llevar a cabo antes del cambio en la gestión centro comercial, que sacará a concurso.