Los controles permanentes de la Policía Local para evitar que los conductores circulen por Vigo después de haber bebido alcohol o tras haber consumido sustancias estupefacientes se saldó el año pasado con más de 1.000 denuncias: 804 por haber dado positivo tras soplar en el etilómetro y 295 después de practicarles la prueba salival de drogas.

Aunque el número de casos es todavía elevado, en lo que respecta al alcohol, los conductores que dieron positivo suponen solo un 7,5% de las casi 11.000 pruebas que se practicaron. De hecho, la embriaguez ha comenzado a dejar de ser una de las principales causas de accidente. Según los datos que maneja la Policía Local, la borrachera del conductor se situó en 2018 en séptima posición. Hubo 82 siniestros imputables a ello. Quedó por debajo de otros motivos como el exceso de velocidad, el mal uso de las glorietas, no respetar señales de ceda y stop o no haber guardado la distancia de seguridad, entre otros.