No solo el volumen de operaciones con ingreso ha descendido, el índice de complicaciones que puedan surgir tras la intervención también ha bajado "espectacularmente", tal y como indican Baños y Areán gracias a las nuevas técnicas anestésicas. "Ahora como los pacientes están más analgesiados, pueden empezar la rehabilitación más pronto, que es un elemento clave en la recuperación", explican.

Desde del servicio de Anestesiología contemplan una optimización de la técnica gracias a la mejora en los medicamentos, bloqueos, etc. "Ahora se añaden una serie de fármacos en la rodilla, por ejemplo, que facilitó mucho las intervenciones porque sangra menos y la recuperación es mejor. Antes se hacía una anestesia epidural, que es como la que se hace en los partos, que quita el dolor pero también paraliza al paciente. En zonas como la rodilla ahora ya puedes centrarte en la rehabilitación mucho antes", asevera Baños.

Dentro de los tipos de anestesia que se pueden aplicar, los profesionales destacan un incremento en el uso de la anestesia regional (abarca mayor insensibilidad nerviosa que la local y en mayor superficie corporal) así como las de corta acción, ya que se metabolizan mejor.

Estas operaciones ambulatorias, donde rige la especialización del facultativo y personal sanitario así como el empleo de técnicas laparoscópicas y las mejoras anestésicas, no suelen exceder los 60 minutos de duración.