Si conducir con un coche en mal estado o bajo la influencia de bebidas alcohólicas o drogas por el centro de Vigo supone un peligro para sus ocupantes, peatones y el resto de conductores, el riesgo de accidente y sus consecuencias se multiplican de forma exponencial si en lugar de un turismo ligero se trata de un camión de varias toneladas. Y Vigo, como ciudad industrial, soporta cada día miles de estos vehículos de grandes dimensiones. Y no todos lo hacen en regla. Solo en el último año la Sección de Inspección de Transportes de la Policía Local de Vigo (Sintra) denunció a 200 vehículos de mercancías y pasajeros. El índice de multas cae respecto a 2015, cuando se creó esta patrulla específica y se multó a 500 camiones, pero su vigilancia -casi diaria- no cesa. Su foco está puesto ahora en una problemática que han destapado en los últimos meses: camiones que circulan por el casco urbano con hasta el doble de peso permitido. "Es muy peligroso. Si tienen que frenar de emergencia, el vehículo nunca va a responder de forma adecuada y puede acabar en desgracia", advierte el agente Javier Varela que, junto a José Manuel Verde, integran el Sintra.
Esta irregularidad no es aislada, por eso les preocupa todavía más. Solo en el último año denunciaron a 70 transportistas por exceso de peso. Lo que sí han conseguido es encontrar un denominador común: los camiones de transporte de bebidas. "Detectamos multitud de excesos de carga en este tipo de vehículos que circulan a diario por toda la ciudad. Normalmente tienen un peso máximo permitido de 3.500 kilos, pero nos hemos encontrado ya alguno con más de 6.500", explican los agentes.
Pero el peligro de estos excesos de mercancías va más allá de la imposibilidad de frenar de forma adecuada en caso de emergencia o, en el peor de los casos, de volcar. Con esas magnitudes de carga extra sobre las cuatro ruedas, estos vehículos apenas pueden alcanzar la velocidad mínima marcada por algunas vías. "En más de una ocasión hemos tenido que escoltar a un camión hasta la ITV de Peinador para proceder a su pesaje ya que no daba pasado de los 40 km/h, cuando en una situación normal debería llegar hasta los 90 km/h", ejemplifica el agente Javier Varela. Además de la inmovilización del camión, sus propietarios deben hacer frente a una sanción económica de 4.001 euros.
Pero las denuncias del Sintra van más allá de los excesos de peso. En los 200 vehículos denunciados el año pasado detectaron más de 360 infracciones. La mayoría se corresponden con defectos o irregularidades en el tacógrafo, el sistema que registra las horas mínimas de descanso o de trabajo y que los pilotos deben cumplir a rajatabla. Pero no siempre se cumple. "Es también una irregularidad muy peligrosa, ya que afecta a la capacidad física de los conductores", advierten los agentes.
Otro de los problemas que va en aumento y que están comenzando a destapar los agentes se refiere a las furgonetas de paquetería. "Con el boom del comercio electrónico se han multiplicado", reconocen. En este caso, las faltas no son tan graves, ya que en la mayoría de casos son autónomos que, ya ellos mismos o los propios vehículos, carecen de los permisos necesarios para realizar este tipo de actividad.
