Pese a que todavía no ha llegado el pico de gripe (los expertos esperan que lo haga a finales de esta semana), las urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro han vivido en los últimos días situaciones de saturación hasta el punto de que hay pacientes que tienen que esperar entre cinco y seis horas a ser atendidos. Así lo confirman empleados y representantes sindicales del Chuvi, que aseguran que la situación se ha agravado en las últimas semanas. Muchos de los enfermos llegan a urgencias con problemas respiratorios y algunos ya aquejados de gripe.

Fuentes del Sergas de espera, pero recuerdan que cuando las personas llegan a urgencias pasan por un triaje para clasificarlos en función de la gravedad de la dolencia. Los más graves, según el Sergas, son atendidos de forma prácticamente inmediata. Los que únicamente sufren enfermedades leves, sí pueden tardar varias horas hasta que los vea un médico.

"En los últimos días está habiendo además a diario entre diez y quince personas ingresadas que se quedan sin cama y que están durante horas en las camillas de los boxes o en una sala donde se acomodan hasta que pueden pasar a planta. No es normal que un señor se pase en una camilla 24 horas", denuncia una empleada de urgencias del Cunqueiro, que afirma que el jueves de la semana pasada, 42 personas que tenían que ser ingresados se quedaron sin cama.

El Sergas ha reforzado en las últimas semanas el servicio ante la previsible presión asistencial. Ha abierto 75 camas nuevas en el Meixoeiro (hay otras 60 por si hiciesen falta). En el Cunqueiro hay 29 habitaciones que habitualmente son individuales pero en los que se ha instalado otra cama para afrontar el previsible aumento de ingresos en los próximos días.

"Nadie se queda sin cama", defienden fuentes del área sanitaria de Vigo. Además, Sanidade también ha reforzado el servicio de urgencias con un equipo formado por un médico, una enfermera, un celador y un auxiliar que, desde la mañana hasta la noche, colaboran con el personal habitual en la atención a los pacientes. También se ha destinado a una enfermera a realizar tareas burocráticas para agilizar los procesos de ingresos en planta y traslados en ambulancia al Meixoeiro.

"La gerencia tiene que entender que esto no es suficiente. Hay que dedicar muchos más recursos, especialmente en esta época del año. Lo que hay que hacer es ampliar el número de boxes y el espacio físico porque esto va a acabar siendo insostenible tanto para los pacientes como para nosotros. Tenemos muy poco espacio para trabajar", explica una auxiliar del hospital. En la misma línea se mostró en los últimos días el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que lamentó "la calamidad de las instalaciones" del hospital vigués. El regidor indicó que el pasado lunes había camillas en las salas de espera y en los pasillos, pacientes que no podían sentarse ante la falta de sillas, familiares que tenían que estar de pie por la saturación en la sala de espera, etcétera. El regidor no obstante quiso felicitar al personal por su "esfuerzo". "Pero las instalaciones son insuficientes. No es soportable que un hospital que lleva dos años y medio esté en estas condiciones. No es tolerable", añadió el regidor, que lamentó que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también estuvo allí "pero no dijo nada". "Tenía que haber bajado y ver la situación de colapso de las urgencias", incidió.

El Sindicato de Técnicos Auxiliares de Enfermería (SAE) también reclama a la administración que se refuerce el servicio con personal y medios materiales para afrontar estos días.

El lunes se atendieron 439 urgencias, la mayor cifra en lo que va de 2019. Sanidade reconoce que ese día hubo una gran "presión asistencial", pero asegura que "nada excepcional" en esta época del año. El Sergas informa de que en los últimos días la situación se ha normalizado y que todos los enfermos están perfectamente atendidos.