Los contribuyentes aflojan levemente su grado de cumplimiento con la Hacienda local. El gobierno vigués cerró el ejercicio 2018 con una recaudación de 97.011.544 euros procedentes de los cinco grandes impuestos que gestiona de forma directa y que arman el grueso del presupuesto municipal al margen de las transferencias del Estado y los ingresos por tasas de otros servicios municipales y sanciones. Esto supone que dentro del periodo voluntario de pago se ingresó el 85% de todo lo presupuestado en enero, mientras que el 15% restante que se corresponde con alrededor de 70.000 recibos impagados será reclamado ahora por vía ejecutiva para acabar de cuadrar las cuentas.

El importe global de los padrones fiscales de 2018 creció sin excepción al actualizar el Concello un 2,2% los principales impuestos y tasas vigentes los últimos doce meses. La recaudación por habitante se fijó en 558 euros anuales frente a los 700,67 euros de gasto por vecino que el Ministerio de Economía y Hacienda reconoce al municipio y que sumados a las inversiones sitúan el desembolso per cápita en 776 euros, lo que desde Praza do Rei traducen en que cada vigués recibe más de lo que paga anualmente en impuestos directos a la vivienda, servicios básicos como la recogida de basura o el de rodaje con el que se gravan los automóviles y las motocicletas.

La Concejalía de Presupuestos y Hacienda cierra estos días la liquidación de los cinco principales tributos que gestiona el ayuntamiento de forma directa puesto que el periodo para abonar de forma voluntaria los dos más cuantiosos, el IBI y el IAE, aún finalizó el pasado 5 de noviembre. El balance de esta primera fase en la que se ingresan los recibos domiciliados y aquellos pagos que realiza directamente el ciudadano en la lonja de Praza do Rei revela una ligera caída en el nivel de cumplimiento de los vigueses con sus obligaciones. Desde el inicio de la crisis los porcentajes de recaudación voluntaria oscilaban entre el 87 y el 91% y es la primera vez que se retrocede ligeramente hasta el 85%, volumen que se espera mejorar al reclamar los alrededor de 70.000 recibos que han quedado impagados en el último año por vía ejecutiva con la correspondiente aplicación de recargo para sus titulares.

Los datos tributarios de 2018 sitúan al Impuesto de Actividades Económicas (IAE) que abonan las 3.800 mayores empresas de la ciudad como el de mayor grado de cumplimiento. De los 12,8 millones que presupuestó el Concello al inicio del ejercicio se liquidaron un total de 11,8 millones que representan un 92,38% del total. En niveles similares se sitúa el cobro del recibo anual de la basura en viviendas, que el próximo año se mantendrá en 86,90 euros y que abonaron en plazo nueve de cada diez vecinos, que aportaron 10,5 millones entre el 1 de junio y el 2 de agosto. Hasta el 3 de septiembre se extendió el plazo para que abonaran sus cuotas de recogida de residuos las industrias viguesas, un total de 22.782 firmas que abonaron a las arcas olívicas 5,4 millones de los 6,6 inicialmente previstos.

El ejemplo contrario al IAE es el de bienes inmuebles de características especiales (BICES) con una recaudación del 74% al final del ejercicio, así como el de rodaje, que abonaron un 79% de los 152.888 vehículos censados en la ciudad a los que se remitió el recibo. El Concello aprobó un padrón de 14,5 millones de euros de los que acabó ingresando en plazo un total de 11,4, quedando pendientes de recuperar otros tres millones que suelen deberse a cambios de residencia o de titularidad de los vehículos pendientes de actualizar en la base de datos municipal.

Y en un término intermedio se sitúa el impuesto más importante del ayuntamiento, la denominada contribución, principal vía de financiación municipal por la que se debían haber ingresado 64,9 millones de euros entre el 3 de septiembre y el 5 de noviembre. Los datos oficiales revelan que se cerró diciembre al 86% de la recaudación, quedando pendientes por vía ejecutiva casi nueve millones de euros. El IBI es uno de los tributos que más ha evolucionado en los últimos años gracias a las campañas de regularización del Catastro que han permitido detectar más de dos mil pequeñas construcciones que eludían el control fiscal. Solo en los últimos doce meses el número de inmuebles declarados creció en otras 568 unidades y es de suponer que la reactivación inmobiliaria de los dos ejercicios precedentes deparen una nueva subida en el padrón de 2019.

De forma global, son 16 los millones que el gobierno local tiene pendiente de recuperar de los padrones fiscales de 2018, para los que se presupuestaron unos ingresos de 113 millones. Otros siete ya ni se computan y se aplican en exenciones y bonificaciones fiscales solo en impuestos directos a familias con pocos recursos.