Vigo arranca el año con los cielos despejados, sin gota de lluvia y con los termómetros casi instalados por debajo de los 10º. Desde que empezó 2019 Meteogalicia no ha registrado ni una sola jornada con precipitaciones, lo que dibuja un panorama muy diferente al que anotó el observatorio autonómico durante los mismos 10 días de 2018. Entonces su sensor de Avenida de Madrid contabilizó siete jornadas con lluvias durante las que se acumularon 88,4 l/m2. El dato de 2019 es de hecho el más bajo del lustro. Hay que remontarse a 2015 para encontrar otro año que haya arrancado sin gota de lluvia.

Algo similar ocurrió con las temperaturas. La ola de frío polar que está barriendo España ha desplomado los termómetros hasta dejar el valor medio en 9,6º. La marca más baja anotada por el mercurio en el centro de la ciudad se alcanzó el primer viernes de enero, cuando se situó en 4º. El dato oscila sin embargo dependiendo del punto de la ciudad en el que se realice la medición. Ese mismo día la mínima en el observatorio meteorológico del campus se situó en 8,4º. En el puerto la mínima se situó esa misma jornada en 5,5º, dato que se elevó a 7,3º en las Islas Cíes.

El tiempo seco se mantendrá a lo largo de los próximos días. Meteogalicia avanza que el cielo continuará despejado al menos hasta el próximo viernes, día 18, cuando estima que hay un 80% de probabilidades de que llueva. Antes esa probabilidad no pasa del 20%. Las temperaturas oscilarán entre los 4º de mínima que se esperan para el domingo y el lunes y los 17º de máxima que se alcanzarán esa misma jornada, cuando la ciudad vivirá una horquilla de temperaturas entre ambos extremos de 13º.

El arranque de 2019 contrasta con los registros de 2018, el ejercicio con más días de lluvia del lustro. A lo largo de los 12 meses del año Meteogalicia contabilizó 1.346 litros por metro cuadrado (l/m2), un 71% más que el ejercicio anterior. A pesar de ese repunte, los valores de 2018 no son excepcionales. Se sitúan en la órbita de los ejercicios anteriores. La diferencia se explica por que 2017 fue un año especialmente seco, durante el que la ausencia de lluvias obligó incluso a activar la alerta por sequía.

Ante la falta de lluvias las administraciones acordaron buscar soluciones para atajar la sequía. En octubre, de hecho, Xunta, Ministerio de Medio Ambiente y Concello celebraron una reunión en Vigo durante la que plantearon impulsar, de forma conjunta, un estudio que aclare cuál es la mejor fórmula para garantizar el suministro de agua a la comarca olívica. Sobre la mesa se han puesto ya diferentes opciones, como el recrecido de Eiras, nuevo embalse en las proximidades del actual y conducción desde el Miño. Los tres organismos no descartan otras alternativas. De hecho se ha apuntado la posibilidad de que el suministro de Porriño dependiese del Miño, no de Eiras.