Frente a las iniciativas municipales para embellecer la ciudad con murales y medianeras realizadas por artistas de renombre internacional, la estulticia de los vándalos y gamberros que aprovechan estos espacios para destrozarlos y deteriorarlos.

La última víctima del incivismo es el gran mural de la avenida Martínez Garrido que fue realizado por el artista cubano-vigués Nelson Villalobos. La pieza está tomada por pintarrajos. En uno de ellos se puede leer el texto de un gamberro que anuncia que recoge chatarra, e incluso indica la dirección y un teléfono móvil supuestamente para localizarlo.

Los grafitis y pintadas en la vía pública, mobiliario urbano, muros, espacios publicitarios, cierres o paredes de edificios y otras construcciones serán calificados por ley como infracciones urbanística leves o graves a partir de enero y quedarán sujetos a un régimen de sanciones que oscilan entre los 100 y los 6.000 euros.

La diferencia entre los supuestos leves y los graves radica en la reincidencia de los actos y en que estos provoquen daños irreparables, entendiendo por esto último que exijan la sustitución del elemento afectado.