Una cooperativa integrada por ocho familias que ya residen en el entorno de Plaza de Compostela planea rehabilitar una joya arquitectónica ahora en ruinas que firma Jenaro de la Fuente en la calle García Olloqui número 3. La complejidad de construir obra nueva dentro del ámbito del Plan Especial de Edificios, Conjuntos y Elementos a Conservar (PEEC) convierte en excepcional esta actuación que gestiona un grupo de particulares "enamorado" de La Alameda de Vigo y cuyo objetivo es devolver todo su esplendor a un edificio proyectado por el genial arquitecto afincado en Vigo en el año 1904 para el empresario Francisco Álvarez y del que ya solo se conserva la fachada principal y la escalinata central.
La alianza formal arrancó hace año y medio, pero no fue hasta el pasado mes de septiembre cuando formalizaron ante notario la adquisición de la finca propiedad en su día de Hotel Compostela S.L. Fue entonces cuando decidieron pisar el acelerador de lo que empezó como un sueño y encargaron a Pablo Menéndez, del estudio MAM Arquitectura, la redacción del proyecto básico que acaban de remitir al Concello de Vigo para iniciar la tramitación de la licencia de obra. Los promotores de la actuación estiman que la inversión final entre la adquisición del edificio hace unos meses, la gestión de permisos, los trabajos de diseño y la ejecución de la reforma ascenderá a cuatro millones de euros.
El proyecto fue visado el 20 de noviembre de 2017 y remitido al mes siguiente a la Consellería de Cultura, que solicitó informe a la Comisión de Seguimiento del PEEC, que en fechas recientes acordó por unanimidad informar favorablemente la propuesta presentada por Xestión de Autopromoción S.L. con los condicionantes de que se ajuste el aprovechamiento en la cubierta posterior, se cumplan las condiciones de habitabilidad en el proyecto constructivo final y se respete la tipología del sistema original. Este documento fue devuelto a la Dirección Xeral de Patrimonio para que se pronuncie antes de la concesión de los permisos municipales.
Los arquitectos plantean ganar tres alturas para igualar la fachada con las de los edificios colindantes. El resultado de la intervención sería un edificio con dos sótanos destinados a 16 plazas de aparcamiento, un bajo comercial de unos 250 metros cuadrados y ocho viviendas repartidas en las cuatro plantas altas. La edificación cuenta con un grado de protección estructural por lo que la fachada original que abarca la planta baja y la primera se conservarían intactas. El cuerpo central es el más destacado por sus elementos decorativos y dos vanos en cada plantas con arcos de medio punto o semicirculares y balcones aislados.
Se trata de un edificio ecléctico de cantería de granito y marcada simetría que mantendrá toda su carga histórica en las plantas bajas e incorporará tres nuevas con granito y carpintería en pórticos superiores abatibles de madera de color blanco. Los nuevos balcones serán también de barrotes de fundición similares a los originales. Esta parte del inmueble más todo el interior son de nuevo construcción ya que no se conservan ni muros ni cubierta.
Pese a tratarse de un inmueble protegido a nivel estructural, en febrero de 2017 Urbanismo declaró el estado de ruina técnica de la edificación indicando que como consecuencia de la entrada de humedad y agua se había producido un "agotamiento generalizado de los elementos fundamentales de la estructura". Los propietarios de entonces solicitaron licencia de demolición conservando la fachada y se autorizó el derribo de la edificación por motivos de seguridad. Hotel Compostela S.L. llegó a realizar una consulta para reformar el número 5 de García Olloqui y agregarle este número 3, pero finalmente acabaron vendiendo el inmueble en septiembre de este año a "Olloqui 3, S. Cooperativa Galega", que construirá una vivienda para cada una de las familias que la integran. "Lo único que se comercializará será el bajo, pero este es un proyecto muy personal cuya intención es rescatar patrimonio de la ciudad y construir una vivienda para cada uno de nosotros porque estamos enamorados de esta zona de Vigo", insiste el portavoz del proyecto, que resalta las dificultades y el esfuerzo que requiere una intervención de esta envergadura para un grupo de particulares.
