Cumplen con un protocolo infranqueable, jamás participan de la parte asistencial y solo ejercen un apoyo emocional para los futuros padres. Así definen su trabajo las popularmente conocidas como doulas, mujeres que acompañan a las embarazadas que han decidido dar a luz en su domicilio. Y es precisamente en ese termino en el que hacen especial hincapié. "Nosotras no hacemos absolutamente nada sanitario, estas madres que a través de nosotros contactan con las matronas, obtienen de nosotras el apoyo emocional de ese momento sagrado que es el parto, nada más. Para la asistencia están las matronas", defiende una de las mujeres del centro Alma Mater Doula.

Reconoce que nunca aceptarían un parto en casa sin la asistencia de una profesional sanitaria. "Lo primero que hacemos cuando una madre nos pregunta de qué manera puede tener a su bebé en casa es remitirla a unas matronas y que ellas valoren si su situación es óptima. En unas charlas, una mujer comentó que quería dar a luz sin asistencia en casa, solo de pensarlo se me heló la sangre, puede salirles muy bien como muy mal aunque lo hagan con toda su buena voluntad", explica esta doula.

Además de este acompañamiento durante los alumbramientos en domicilios, acuden también en numerosas ocasiones a los hospitales a "ejercer de paño de lágrimas" para las primíparas. "Yo acompaño al centro médico y es la propia madre la que me dice que le hable, que le cuente o que la distraiga y al final alguien del hospital me dice que me vaya, ¿qué ocurre aquí? Que la madre puede tener un ataque de ansiedad. No vamos a entorpecer la atención sanitaria, vamos a ayudar. Pero los términos se confunden. En un parto no solo juega la parte física sino también la emocional", defiende.

Explica que con este último suceso ocurrido en la ciudad este pasado lunes cuando un bebé falleció por hipoxia tras la decisión de su madre de dar a luz en su vivienda, se va a tratar de "demonizar" el parto en casa. "Yo en el hospital también he visto verdadera violencia obstétrica. Y de la última me he tenido que ir llorando, iba de apoyo con una madre y tuve que irme, le dije que no tenía opción ni hueco para consolarla", lamenta.

Dentro de este protocolo, también está la posibilidad de tener que acudir al hospital por complicaciones en el alumbramiento. "Las matronas van sobre seguro y por ello el domicilio tiene que estar próximo al hospital. Ante cualquier indicio de problemas se van el centro médico, no se pone en riesgo ni la vida del bebé ni a la mamá", ratifica.