Dentro de los 160.000 m2 que abarcan los dominios de Zona Franca en Bouzas incluyendo el ámbito de almacenaje exterior, la sede administrativa ocupa apenas un 3%. Pero mientras a su alrededor las tres edificaciones ya no tienen ningún centímetro más disponible -con una treintena de empresas instaladas-, el cuartel general del consorcio donde trabajan 70 personas está "infrautilizado", en palabras del delegado, que llegó a poner como ejemplo de "verdadero dispendio" el salón de actos de 1.000 m2 que se usa "como mucho una vez al año".

El planteamiento de David Regades que pondrá fin a ese lujo está ya muy definido. Tan pronto cierre la operación de compra del inmueble de Areal arrancará su adaptación como futura sede de Zona Franca y en paralelo también las obras de reconversión de las instalaciones que abandona en Bouzas para alquilárselas a empresas. Al delegado no le hace falta encargar estudios para medir la probable demanda de esas nuevas oficinas puesto que es una necesidad reiterada de forma "sistemática" por las asociaciones empresariales. En el arrendamiento de toda esta superficie se basa el delegado para garantizar el retorno económico de la adquisición al Concello.