Cuarenta años de un grupo de prensa, cuarenta años de Prensa Ibérica. Nació con la Constitución y el mismo día que se votaba la Constitución, y continuó este grupo haciendo la marcha de la democracia, en una forma de entender España, en una forma de entender cada territorio de España, cada pueblo de España, narrándolo desde la lealtad. Y la lealtad es contar lo que sucedió.

La lealtad de un periódico, de un grupo, es mantener la conexión con los ciudadanos, con territorios, con las ideas, con los sucesos de un país. Y en España, en 40 años, queridos Javier y Arantza, cuántas cosas sucedieron, y cuántas cosas Prensa Ibérica contó en tantos sitios; cuánta evolución nos narrasteis desde vuestra profesionalidad, desde vuestro grupo, desde tantos periódicos, desde estas 15 cabeceras diarias y dos cabeceras semanales, que escenifican una forma de entender la modernidad en España, en cada lugar.

Vosotros fuisteis los narradores de la historia vivida cada día, de la historia que se vivía cada mañana, que se vivía cada tarde, en el devenir de cada ciudad y de cada lugar. Por eso estos 40 años son un suceso tan importante, una efeméride digna de ser citada con letras mayúsculas en la marcha de la historia del país. Seguramente para algunos por razones de edad y de trayectoria política estos 40 años fueron parte de nuestra vida política.

Yo conocí a Javier Moll y a Arantza Sarasola allá por el año 86 cuando viajaron a Madrid, cuando ya Prensa Ibérica se lanzaba en tantos lugares e iniciaban su acción en este periódico; pero los conocí todavía más, conocí al grupo más al año siguiente, en Canarias. Era el año 87, allí tuvimos un debate, una reunión, vivimos Prensa ibérica, vivimos Canarias y vivimos una forma de entender la Transición, ya más moderna en toda España.

Allí entendí lo que este grupo pretendía, la forma en la que lo quería hacer porque lo vivíamos en Vigo, y porque lo pudimos vivir en Canarias, pero después en tantos otros lugares de toda España y, 40 años después, visto desde los ojos objetivos del país, mereció la pena; mereció la pena lo que era vuestra aventura empresarial, lo que era vuestra aventura vital y lo que significó de marcha y de reconocimiento; pero en Vigo lo vivimos de una forma tan especial, tan interesante, tan bonito, porque en Vigo, en el año 86, con un FARO DE VIGO que iniciaba una etapa débil, mortecina desde los años 80, la llegada de Prensa Ibérica significó una muy fuerte revitalización del decano, de ese periódico que tanto significaba para la ciudad, pero que a partir de entonces significaba todavía mucho más.

Apareció el rostro de Ceferino de Blas, que era el que simbolizaba, al lado del presidente Javier Moll y de la vicepresidenta Arantza, una forma

de entender el FARO y cuantas cosas sucedieron en esta ciudad, y cuantas cosas nos fue contando FARO, nos fue contando Prensa Ibérica.

Aniversario Prensa Ibérica: el acto social

Aniversario Prensa Ibérica: el acto social

El presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, en Vigo // RICARDO GROBAS

FARO constituyó la honestidad porque se transformó en la forma veraz de contar y, algo más importante si cabe, de acompañar; de acompañar la aventura de esta ciudad y eso es lo que FARO inició como una forma de entender los rumbos de los barcos o de entender las marchas de las industrias. Y tras Ceferino de Blas llegó Isidoro Nicieza porque se constituyó en una forma continua con Nicieza, alguien que entendió esta ciudad, el espíritu, el alma de esta ciudad, la forma de continuar juntos.

Fueron dos etapas brillantes que hoy todavía continúan porque en esta ciudad dinámica y fuerte, con brío, con ganas, que simbolizamos, que simbolizáis, si me lo permitís, los que estáis aquí en este acto, FARO con Prensa Ibérica fue un acompañante, narrador, motivador imprescindible, por eso lo queremos tanto y le debemos tanto. Por eso FARO para esta ciudad es mucho más que un diario que narra.

FARO Para esta ciudad es el propio espíritu de Vigo, esa forma de avanzar de no parar nunca, de no frenar, de hacer frente a las vicisitudes, de lanzar tantos y tantos proyectos de tantas formas, esa forma de acompañar, de narrar...

Por eso, presidente, vicepresidenta, nos emocionamos al hablar de esto porque una parte de nuestra vida, de nuestra alma, porque hablar de FARO y de Prensa Ibérica aquí en esta ciudad, en este momento y en cualquier momento, es una forma de hablar de nosotros mismos , de cada una, de cada uno, y, por eso, lo queremos tanto.

Otro Vigo sería sin FARO, otra ciudad sería sin la compañía y la presencia continua de la forma real de narrar esta ciudad, de vivir esta ciudad, de sentir esta ciudad.

Por eso, desde el año 86, los 32 años de FARO en Prensa Ibérica son esta etapa tan brillante de esta ciudad, en la que tantas cosas sucedieron y tanta modernidad llegó, con momentos difíciles que vivimos y que resolvimos; con momentos felices que vivimos y que disfrutamos; y eso es lo que significáis, presidente y vicepresidenta de Prensa Ibérica, con FARO en esta ciudad.

Es la emoción de la ciudad, es la tradición de saber que cuando alguien llega a un kiosco pedía un FARO, pero si esa persona lo pedía en Madrid, pedía también un FARO; y el FARO pasó a ser el FARO; y el periódico pasó a ser una forma de escribir, de entender, de querer a la ciudad. Por eso a vosotros dos os queremos tanto, porque ya formáis parte de la historia viva que cada día narramos en Vigo, vivimos en Vigo y hacemos en Vigo. Y pasarán los tiempos y pasaremos los que estamos aquí y FARO con Prensa Ibérica seguirá trazando esta ciudad, contando su alma y haciendo siempre la defensa de esta extraordinaria y maravillosa ciudad de la que tengo el honor de ser alcalde. Felices 40 años. Enhorabuena y larga vida a FARO DE VIGO. Muchas gracias.