A principios de mes el Gobierno central dio luz verde a una serie de cambios en la Ley de Carreteras de 2015 que abrían las puertas, entre otras cuestiones, a que "por razones de seguridad vial o medioambientales" el Ejecutivo pueda obligar a los camiones a circulen por las autopistas. El anuncio hizo saltar las alarmas en un sector que en los últimos años ha visto cómo se encarecían dos de sus facturas más gravosas, las relacionadas con los peajes y el combustible. De forma casi automática, la Confederación de Transporte de Mercancías elevó la voz a nivel estatal para reclamar que -si al final se les deriva de forma puntual pero obligatoria a las autopistas- se les permita al menos recorrerlas gratis. En Galicia, de hecho, la Xunta acaba de anunciar un plan para bonificar el uso de las autopistas de gestión autonómica durante las noches.

Si el anuncio del Ministerio de Fomento causó preocupación en el conjunto de España, la comarca de Vigo no fue una excepción. Al contrario. La autopista que vertebra Galicia, la AP-9, destaca por su elevado coste y la falta de una política tarifaria atractiva para los transportistas. A un camión de gran tamaño un viaje de ida y vuelta entre Tui y Ferrol le cuesta 90,9 euros, cantidad a la que hay que añadir el combustible y desgaste del vehículo. Solo en ir de Vigo a Pontevedra -un trayecto de algo menos de 30 kilómetros- gasta 8,1 euros.

La consecuencia de esa tabla de tarifas es que la inmensa mayoría de las veces que hay una vía alternativa a la AP-9, los camioneros optan por echar mano de ella. De los 24.376 vehículos que, por término medio, usaron la AP-9 cada día entre enero y octubre, solo 2.074 se enmarcaban en la categoría de transporte pesado. En la práctica, eso supone que apenas el 8,5% de los conductores que circulan por la Autopista del Atlántico lo hacen al volante de un camión.

El dato es bajo y sitúa a Vigo como la 13ª autopista estatal de peaje -en total son una treintena- con menos peso del tráfico pesado. La media a nivel español de este tipo de viales es de hecho del 14,8%. Si hubiera una "autopista tipo" en el país, su índice diario rondaría los 20.141 vehículos, de los que 3.000 serían de grandes dimensiones.

Aunque el balance de la AP-9 es bajo en su conjunto es especialmente reducido en el acceso a Redondela y Vigo. Según la DGT, a la altura de Teis -más concretamente de su instituto- solo el 5,3% del tráfico es de transporte pesado. La proporción sube ligeramente en Chapela, poco antes del centro de salud del barrio, donde el índice asciende al 7,2% probablemente por influencia del tráfico que llega de Rande y se dirige hacia Cabral y Candeán. En ambos casos sin embargo el resultado está muy lejos de la media del 14,8% de las autopistas estatales de peaje.

A pesar de que el volumen de transporte pesado anotado a la altura de Teis es bajo, entre 2016 y 2017 aumentó ligeramente. Ese incremento sin embargo no es suficiente para nivelarla con la demanda de los viales gratuitos. Entre Vigo y Tui, por ejemplo, la AP-9 registraba en 2017 apenas 754 vehículos pesados por jornada. En la A-55 el dato es muy superior. Poco antes de llegar a las Gándaras la autovía anotaba 3.065 cada día. Hacia Tui el dato se elevaba a 4.340.

El escaso peso de los camiones en el conjunto del tráfico de la AP-9 a la altura de Teis no impide que el tramo padezca un grave problema de contaminación acústica que los vecinos urgen solucionar.