Vigo estará presente por segundo año consecutivo en la competición universitaria de conducción autónoma lanzada por Seat en 2017. El equipo AutoCar, integrado por cinco ingenieros de Electrónica y Automática, ultima su vehículo, un Arona a escala 1.10, de cara a la final que se disputará la próxima semana en la capital y que les enfrentará, entre otras instituciones, a las Politécnicas de Madrid y Barcelona y a Valladolid, ganadora de la primera edición.

Los alumnos vigueses recogieron su prototipo en la ciudad condal durante un workshop celebrado el pasado mayo y, desde entonces, han trabajado en el diseño e implementación de los algoritmos de conducción autónoma. Durante este tiempo, han superado con la máxima puntuación dos supervisiones de carácter eliminatorio que ya dejaron fuera a un par de universidades.

Así que el equipo tiene buenas expectativas de cara a su enfrentamiento con las cinco escuderías rivales. En 2017, Vigo quedó quinta entre las ocho finalistas. "Estamos bastante contentos. Nos entrevistamos con los alumnos que participaron el año pasado y nos dieron algunos consejos. Nos gustaría quedar primeros, claro, pero independientemente de la posición lo más importante es todo lo que hemos aprendido estos meses y la piña que formamos hoy", destaca Alejandro Fernández, coordinador del grupo.

Su trabajo fin de grado ya consistió en el diseño de un coche autónomo a escala y de carácter económico pensado para proyectos de alumnos universitarios. "Un profesor me habló sobre el concurso de Seat, pusimos algunos carteles por la escuela y así surgió el equipo. Hemos contado con el apoyo del docente Rafael Sanz, pero todo el desarrollo y aprendizaje lo hemos hecho nosotros", relata.

El equipo AutoCAR lo completan Carlos Lago, Raúl Riera, Jesús Iglesias y Yasmina González. Todos son estudiantes del último curso o ya finalizaron la carrera, como es el caso de Alejandro.

La Universidad les prestará una furgoneta para desplazarse a Madrid con su prototipo y todo el equipamiento necesario para el reto final, que se celebrará los días 23 y 24 durante el evento Imperdible 03 de la Fundación Cotec para la Innovación.

El vehículo tendrá que superar tres pruebas en un circuito a escala que simula una entorno urbano. La primera consistirá en recorrer la pista sin salirse del carril gracias al procesado de imágenes, en la segunda tendrá que reconocer y detenerse ante señales y semáforos en rojo, y la tercera incluirá la detección de una plaza libre y las consiguientes maniobras de aparcamiento autónomo en batería y en línea.

"Los algoritmos más complicados son los que le permiten mantenerse en el carril. El procesador del prototipo, que es un diseño de la Universidad Free de Berlín a partir de un coche de radiocontrol, es bastante limitado y hemos primado la eficiencia para que nuestros algoritmos no ocupen demasiado espacio y no bloqueen el coche", explica Alejandro, que se ha ocupado del algoritmo de control que integra a todos los demás y permite la conducción autónoma.

Los ingenieros vigueses han construido una réplica del circuito oficial para testar su prototipo allí donde encontraban un espacio libre estos meses: los pasillos de la escuela, el salón de actos, el aparcamiento e incluso sus casas.

El Autonomous Driving Challenge está organizado por Seat y el centro de investigación Carnet con el objetivo de que los participantes, que deben tener conocimientos de robótica, pongan en práctica desarrollos que puedan ser aplicables a la vida real. "Este tipo de proyectos no son baratos y es muy interesante que existan concursos como éste, porque de otra forma sería complejo disponer del material", celebra.

Y además son una magnífica oportunidad para enriquecer el currículo profesional. "Te dan una experiencia que siempre supone un plus. La automatización y la conducción autónoma constituyen un campo de investigación en desarrollo y se necesitan profesionales. Yo mismo pude comprobarlo mientras trabajaba en el CTAG en el desarrollo de algoritmos para el vehículo autónomo. Y además el reto final es un escaparate", destaca Alejandro, que actualmente forma parte de la plantilla de la empresa viguesa Roboting.

El grupo ya se plantea seguir compitiendo en este tipo de desafíos e incluso crear alguno en la ciudad. "Jasmina es cofundadora del Club de Robótica de Industriales y nos gustaría organizar alguna competición de conducción autónoma en la Universidad si conseguimos alguna ayuda", lanza el envite.