Nació en Tameiga (Mos) pero a los pocos años ya estaba al frente de su propio negocio de ultramarinos en el barrio de Teis. La mili y la guerra los separaron momentáneamente pero a su regreso le brindó el regalo de su vida: conocer a su mujer Faustina. Tras ella llegaron sus hijos José, Constante, Luis, Abelardo y Lina y sus cinco nietos (un sexto pronto conocerá a su abuelo). Y todo esto con "solo" 100 años.

José Senlle celebró su centenario con una reunión familiar y confiando llegar pronto a los 101. "Nos cuida más que nosotros a él", cuenta su hija Lina.

Echar la vista atrás y quedarse con una sola anécdota de estas diez décadas resulta prácticamente imposible. "Siempre fue un hombre muy de su barrio, muy de su cafetería, de sus tiendas... ahora sale menos, casi hay que frenarlo porque le encantaría bajar todos los días", recuerda la más pequeña de sus hijas, que lo define como una persona "amable, atenta y paciente" pero sobre todo "muy buena gente". "Voy por la calle y todos me preguntan por mi padre, es muy querido y conocido en el barrio", narra. Y es que su tienda y su vida creció al ritmo de Teis. "Venía muchísima gente a la tienda, vendía muy buen bacalao y especias", añade Lina.

Aficionado al fútbol, José "se desvive" por su mujer Faustina, 12 años menor que él. "Esta muy pendiente de ella, la cuida, le ayuda con todo, es un orgullo de padre. Es un cocinero excelente que nunca dejará de hacer lo que le gusta", admite su hija.