Las posiciones se acercan, pero aún no lo bastante. Transcurridas seis semanas desde que Povisa solicitó el preconcurso de acreedores, ha llegado a algunos acuerdos con la Consellería de Sanidade para resolver su situación económica. Sin embargo, según trasladó ayer a su plantilla, "no son hasta ahora suficientes" para alcanzar un equilibrio presupuestario y hay "incertidumbres a futuro" sobre los costes de medicación y de los servicios que le factura el Sergas que le "impiden" aceptar la oferta.

Así se lo ha traslado por escrito la gerente del hospital concertado, María Luisa Brandt, a la plantilla. En una reunión con el comité de empresa, la dirección fue más allá y sostuvo que, aunque se alcance un acuerdo con Sanidade que evite el concurso de acreedores, solo servirá para conseguir un equilibrio presupuestario -compensando con los beneficios de la actividad privada el déficit de la pública-. En esa situación y según denuncian los sindicatos, avanzó que se mantendría congelado el convenio laboral hasta la finalización del concierto. Son cuatro años más que se sumarían a los cuatro que ya lleva sin actualizarse. Por ello y tras celebrar una asamblea de trabajadores, anuncia un calendario de movilizaciones que comenzarán el próximo martes ante el hospital. La semana siguiente llevarán sus protestas al PP, por bloquear en el Parlamento una iniciativa para mejorar sus condiciones laborales y, más tarde, irán hasta las puertas de la Cámara gallega.

Povisa y el Servicio Galego de Saúde (Sergas) se reunieron el jueves por última vez. En ese encuentro, el hospital concertado transmitió a la Administración su "preocupación" por "dos incertidumbres respecto a la cobertura futura de los costes" por conceptos que considera "ajenos" a su actividad asistencial y, por tanto, no gestionables por él.

En primer lugar, se refiere a los servicios que no tiene en cartera y que presta el Sergas facturándoselos luego, como los procesos de la unidad de arritmias, las pruebas PET o los tumores óseos. Sanidade le ofrece un descuento "para las actividades más frecuentes" que valora en un ahorro de entre un 20 y un 25% del coste actual total. Sin embargo, Povisa plantea que "es previsible" que esta actividad siga incrementándose al ritmo de los últimos años y, de ser así, "ese supuesto ahorro se vería anulado ya en el primer año". Además, se queja de que supone una "asimetría" en el concierto porque la cápita de Povisa -de 540 euros al año por usuario- "permanece congelada mientras los costes pagados a dispositivos del Sergas experimentan crecimientos anuales superiores al 25% de media en los cuatro últimos años".

Con respecto a la medicación, el centro concertado se queja de que la oferta del Sergas "sigue sin cubrir el coste real" y pide que se modifique el concierto para solventarlo "de acuerdo con el espíritu con el que éste fue redactado". Critica que, aunque asumiría la totalidad de la suministrada a pacientes externos restando una parte de la cápita, aún le debería un 20% de la del hospital día. Pero el "principal problema" siguen siendo la parte de las novedades terapéuticas que el Sergas rechaza pagar y que implicaría sumar 5,4 millones de euros de pérdidas más en 2018. Y también ve problemas en este punto de cara al futuro y destaca que son los fármacos en los que se concentran las mayores subidas.

En lo que sí han llegado a un acuerdo es para una nueva aportación de Sanidade a través del plan de reducción de listas de espera.