Era la época en la que los adolescente de Coruxo y su entorno se conocían en el tranvía que los llevaba a Vigo y las parejas se formaban en las fiestas y los bailes. Cinco de ellas, en 1968, prometieron amarse fielmente toda su vida y, 50 años después, están cumpliendo el juramento. Las Asociación de Jubilados Avoa las homenajea hoy con su ya tradicional celebración de bodas de oro. En su duodécima edición incluye también a don Juan Pérez Rivas, por los sesenta años que lleva ordenado como sacerdote, 47 de ellos en la iglesia de San Salvador de Coruxo y 45 como su párroco titular. Desde ese altar ha declarado marido y mujer a un millar de parejas.

La celebración comenzará a las 10.45 horas en el templo de Coruxo con una misa oficiada por el obispo de la Diócesis Tui-Vigo, monseñor Luis Quinteiro Fiuza, y cantada por la Coral Anduriña. A la salida, el grupo etnográfico A Buxaina les obsequiará con un baile especial para los matrimonios y continuará con un concierto de Claves Novas en el salón parroquial. El gran convite, con 200 comensales, será en el Hotel Coia, donde les esperará la marcha nupcial, el brindis de novios y el corte de una tarta de siete pisos. Unas bodas de oro a las que no les faltan detalle.

Aunque se casaron hace medio siglo, María Teresa Pérez y Ricardo Costas podrían celebrar el aniversario de diamantes -como el del párroco- ya que llevan 60 años de pareja. Vecinos desde niños, "la poca vergüenza" los unió a los 15 y 13 años. Comparten el secreto de la longevidad de su amor: el humor, el respeto y "darse la vuelta cuando el otro se enfada".

Cuentan en Avoa, que los padres de María Vilas no veían bien su noviazgo con Gumersindo Pérez, que sedujo sacándola a bailar en las fiestas del Carmen. Y es que él era cuatro años mayor. Se equivocaban. Tras 54 años juntos, acaban de "relanzar" su noviazgo con un viaje a Mallorca en el que recordaron "viejos tiempos".

A Vicente Prado le costó conquistar a su vecina de As Laxes Consuelo Costas. "Anduvo tanto detrás, que me engañó", bromea ella. Fue en las fiesta de Navia, en San Pelaio. "Allí dimos el sí", cuentan. Que no el primero beso, que "igual recibía un bofetón", apunta ella. Las cosas iban a otro ritmo. Tras 5 años y medio de novios, se dieron el sí quiero. Sus amigos pusieron sonido a su noche de bodas con campanillas colgadas del colchón. La luna de miel la pasaron en el cine, pero no recuerdan qué vieron. "La película la hacíamos nosotros", ríen.

"Lo encontré agradable", recuerda Pilar Alonso de la primera vez que bailó con Gerardo Fariñas en Samil. Las fiestas de San Xoán, en Panxón, les unieron y en su noviazgo de 5 años le sacaron partido a la moto. "El mismo día que la compró me vino a buscar, nos caímos y no éramos capaces de levantarnos de la risa", rememora.

A "Tini González" y a Enrique Lago los unió el baile en la sala de fiestas Teide y siguieron bailando "mucho" durante su matrimonio. Se quieren y se compenetran. Se enorgullecen de que sus hijos no les han visto nunca enfadados. "No somos rabudos".

En nombre de todo Coruxo, Avoa quiere rendir un homenaje especial a su párroco, por su implicación con los vecinos y las actividades que realizan. "Todo lo que sea bueno para la parroquia debemos favorecerlo, el cura no puede reducir su acción a la iglesia", defiende él.