La Xunta y el Concello avanzan de forma inexorable hacia un nuevo choque de trenes a cuenta del abastecimiento al área de Vigo. Los técnicos municipales y el personal de Augas de Galicia no coinciden sobre cómo afrontar la ausencia de lluvia y ambas administraciones participan hoy en la primera cumbre del agua convocada por el secretario de Estado de Medio Ambiente con posturas enfrentadas respecto a la gestión de la presa de Eiras, el caudal ecológico que debe garantizar la supervivencia de los ecosistemas de los ríos y la solución idónea para garantizar de forma definitiva el suministro a medio millón de habitantes. Lo que dejó claro ayer la directora de Augas de Galicia es que no se autorizará una rebaja de los niveles de agua que vierte el embalse mientras no haya una alerta por sequía y que se descarta la ejecución del trasvase de emergencia pactado con el gobierno local hace un año para reforzar el sistema de Eiras y Zamáns con agua del Verdugo. "Al margen de la falta de consenso político se ha realizado un estudio hidrológico que demostró que esa solución fallaría el 95% de los años", apuntó ayer por primera vez Teresa Gutiérrez desde la sede de la Xunta.

Hasta el momento se atribuía a la oposición de los concellos de Soutomaior y Ponte Caldelas el retraso de la obra llamada a paliar episodios puntuales de sequía mientras no se decide cuál es la mejor infraestructura para resolver el problema durante el próximo medio siglo. Pero Augas de Galicia esgrime ahora informes técnicos que sitúan este proyecto presupuestado en 5 millones de euros como un "parche" y exige de forma inmediata que sea el ayuntamiento el que mueva ficha y actúe sobre la capacidad de tratamiento de la potabilizadora de O Casal.

La Xunta insiste en que la situación actual "no es excepcional" con Eiras al 60,45% de su capacidad y Zamáns al 57,69%. Gutiérrez insistió en que los niveles "no son extraordinarios" y que por lo tanto sin la prealerta por sequía declarada no se pueden adoptar medidas "excepcionales" como solicitó el Concello de Vigo el pasado lunes instando a la reducción del caudal ecológico para almacenar más agua en la presa. La responsable autonómica aseveró ayer que esta medida "dañaría el medio ambiente" y que no se adoptará hasta que oficialmente no haya situación de emergencia, momento en el que se rebajaría el caudal de salida de Eiras hacia el Oitavén de los 1.309 l/s previstos en noviembre a los 667 autorizados cuando se activan los protocolos de ahorro. "No estamos muy lejos de la prealerta pero a día de hoy no hay problemas para el suministro", tranquilizó la directora del ente, que valoró el estado actual de las presas del área como "mucho más favorable" que en el año 2017.

La Xunta descarta por el momento adoptar ninguna medida y apuesta por que el gobierno local actúe sobre sus instalaciones. "Tienen informes de la gestora desde el año 2006 alertando de la necesidad de mejorar la potabilizadora", reiteró Gutiérrez ayer antes de valorar muy positivamente la cumbre hoy con el Ministerio de Transición Ecológica para buscar soluciones estructurales. La Xunta quiere que Madrid lidere el problema y declare el abastecimiento de Vigo como Obra de Interés General del Estado. Respecto a las tres soluciones propuestas, Augas de Galicia matiza su criterio y acude a la reunión sin ninguna postura concreta y dispuesta a escuchar a los técnicos pese a que en septiembre se posicionó a favor de la conducción desde el Miño.

En lo único en que coinciden Xunta y Concello es en esperar con optimismo el encuentro de hoy, que el alcalde definió como "muy importante" para la ciudad. Abel Caballero replica que la situación en la cuenca que abastece a Vigo y otros nueve concellos sí es "preocupante" y aseveró que, si no llueve con intensidad, la presa de Eiras cerrará el mes de noviembre al 35% de su capacidad en una situación claramente de sequía extrema. Pese a los argumentos autonómicos, el regidor aseguró ayer que el problema del agua "no es de la potabilizadora, sino de suministro que es competencia de la Xunta" al tiempo que insistió en que la calidad del agua sigue siendo "excelente".