La ordenación y ampliación del polígono de A Pasaxe está un paso más cerca. La Zona Franca ha llegado a un acuerdo con las empresas del parque y con el Ayuntamiento de Gondomar para participar en el proyecto de transformación de esta área industrial clave para sectores como el metal y la automoción. Los empresarios invertirán 3 millones de euros en la primera fase, que consiste en la ordenación y urbanización de los 200.000 metros cuadrados que ocupa hoy el polígono, mientras que el Consorcio que pilota David Regades asumirá la segunda etapa: una ampliación de 400.000 m2. Zona Franca prevé invertir solo en la urbanización de este nuevo parque 18 millones de euros, a lo que habrá que sumar el coste de los terrenos. Regades confía en llegar a un acuerdo con la comunidad de montes propietaria del suelo y poder comenzar con las obras a finales del primer semestre de 2019.

A Pasaxe, en el límite entre los municipios de Vigo y Gondomar, es una zona codiciada desde siempre por la industria por su ubicación a medio camino entre la ciudad y Porriño, y sede de importantes fábricas de automoción como las de Plastic Omnium y BorgWarner, entre otras. Pero en su desarrollo a lo largo de los últimos treinta años no hubo apenas control, lo que a la postre ha acabado por perjudicar a las empresas. Ayer, el alcalde de Gondomar, la Asociación de Empresarios de A Pasaxe y el delegado de la Zona Franca, David Regades, se sentaron para poner la base de la transformación del polígono, que pretende ahora triplicar su superficie (de 200.000 m2 a 600.000) con una inversión estimada de 21 millones de euros.

El alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira, se comprometió a que, una vez ya aprobados el proyecto sectorial y el de urbanización, se lleve al pleno municipal en octubre tanto la reparcelación de este primer ámbito como la aprobación del pliego de las obras de urbanización de los 200.00 metros cuadrados que conforman la Fase 1. Se busca en definitiva dar uniformidad al viejo polígono (viales, aceras, saneamiento, etc.), para lo que se invertirán 3 millones de euros. La segunda fase ya correrá a cargo de la Zona Franca, que pretende desarrollar 400.000 metros cuadrados, para lo que confía en llegar a un acuerdo con la comunidad de montes propietaria de la mayoría de los terrenos.

Las empresas del polígono emplean en la actualidad a 3.500 trabajadores directos, y tras la ampliación la idea es alcanzar los 7.000. Regades confirmó que la demanda de suelo en esta zona es alta, sobre todo para sectores como la automoción. Hace años, la saturación de este pequeño polígono obligó a la multinacional norteamericana BorgWarner (entonces de capital italiano, Dayco Ensa) a dar el salto al norte de Portugal al carecer de suelo disponible para ampliar sus instalaciones, situación que tanto los empresarios de la asociación como el Consorcio quieren evitar a toda costa.

Regades también mantuvo ayer una reunión con la asociación de propietarios de Porto do Molle en Nigrán, a la que asistió el alcalde, Juan González. En el encuentro se abordaron temas como las mejoras en la red de videovigilancia específica para el parque, para lo que se acordó que Zona Franca asumiese la construcción de un centro de control que integre un módulo de grabación, monitores y un puesto de vigilancia. Los técnicos estudiarán ahora el mejor emplazamiento para que este punto sea accesible tanto para las cerca de 1.900 personas que trabajan en las más de 120 empresas instaladas como para aquellas otras que acuden a pasear por las sendas del río Muiños y a las que se pueda atender en cualquier eventualidad, según informó ayer el Consorcio.

La comercialización del polígono nigranense, que se desarrolló en plena crisis económica, se aceleró hace ahora tres años y en la zona industrial ya solo está disponible menos del 10% del terreno.