Todas las ciudades cuentan con edificios obsoletos, no catalogados, y aparentemente condenados a la demolición. Pero es posible darles una nueva vida con propuestas como la de Solveira, formado en la Escuela Superior Gallaecia de Vila Nova de Cerveira y orientado en este trabajo por los profesores Rui Florentino, Rui Correia y Ana Lima.

"Vigo tiene muchas potencialidades. Y es una pena que no se vean estas soluciones. Este proyecto, que busca ayudar a los agentes y al propio Concello, es una idea, pero ojalá que ayude a remover conciencias y anime a la gente a pensar de otra manera. No necesitamos demoler y construir grandes edificios, sino adaptar los usos. El trabajo del arquitecto es romperse la cabeza para reutilizarlos en lugar de demolerlos", defiende.

"La estación de autobuses está desactualizada y abandonada. El PXOM de 2008, que ya no está vigente, contemplaba demolerla, modificar los viales, algo que resultaría muy complejo, y construir bloques de viviendas. Pero yo defiendo que sería mejor reutilizar el edificio. Para la Jefatura es deseable que no exista una conexión completa con la malla urbana porque los accesos deben ser muy restringidos. Y, desde la planta baja, las patrullas podrían movilizarse para cualquier intervención de manera rápida y sin causar grandes prejuicios al tráfico que circula por los viales ya existentes. No habría que alterarlos. Solo elimino los que entraban en la estación", detalla.

El proyecto, cuyo presupuesto de ejecución ascendería a 6,4 millones de euros, también está en sintonía con la futura humanización de la avenida de Madrid: "Si se quiere embellecer la entrada a la ciudad, ¿por qué no actualizar edificios públicos como la estación de autobuses? Mejoraría la imagen de Vigo".