Vigo apuesta por las dos ruedas. Cada vez son más los vigueses que circulan en motocicleta por la ciudad. Su pequeño tamaño las convierte en un medio de transporte ideal para sortear atascos y agilizar los viajes. El Concello no es ajeno al incremento de estos vehículos y se ha propuesto potenciar su uso. Para ello en la última década ha ampliado de manera masiva el número de plazas de aparcamiento. Desde 2008 hasta ahora la ciudad olívica ha cuadruplicado los puestos de estacionamiento en todo el término municipal, pasando de los 261 de por aquel entonces a las 1.060 actuales. En estos últimos meses se han incorporado 14 más (siete en Pizarro y otras tantas en Gregorio Espino) y próximamente se habilitará otra decena en la calle Areal.

Esta determinación del gobierno local para facilitar el estacionamiento de estos vehículos llega tras comprobar la evolución del parque de motos de la ciudad. Actualmente hay registradas más de 25.000 según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), que muestran un imparable crecimiento desde el año 2003. Entre ese año y 2009 se vivió un verdadero boom por estos vehículos con un aumento del 80%. A partir de entonces el ritmo ha sido mucho menor pero sin dejar de crecer. El incremento de las motocicletas es proporcional al descenso de ciclomotores de menos de 50 centímetros cúbicos, que año tras año van perdiendo presencia en las calles de la ciudad.

El desarrollo de las plazas de aparcamiento específicas para estos vehículos ha seguido la misma línea ascendente. Las más antiguas que aparecen registradas en el Concello datan de 1999 y están ubicadas junto al puente que da acceso a la Isla de Toralla, en la parroquia de Coruxo. Un año después llegarían las primeras del centro de la ciudad con nueve puestos en la calle Nicaragua. Entre el 2000 y el 2005 tan solo se crearon 43 plazas más, todas ellas en Manuel Núñez. La primera gran remesa se produjo un año después con 70 sitios de una tacada. La mayor parte de los mismos estaban distribuidos por el casco urbano vigués, aunque ya aparecieron los primeros lugares en el barrio de Navia, que hoy ya acumula 44 y contará con muchas más cuando se ejecute el Plan Parcial aprobado por la Xunta de Galicia.

Haz click para ampliar el gráfico

Vigo cerró el 2008 con apenas 261 plazas de aparcamiento para un total de 18.542 motos registradas. Fue entonces cuando el Concello decidió ponerse manos a la obra para potenciar su utilización. Así, por ejemplo, entre 2012 y 2014 se habilitaron 440 nuevos espacios exclusivos para estos vehículos. En los últimos dos ejercicios se incorporaron medio centenar de ubicaciones repartidas entre el centro y las parroquias de la periferia. En la lista municipal no computan los espacios disponibles en las aceras de mayor tamaño.

Un medio económico

El gobierno local aprobó recientemente una reducción del 10% en 2019 en el impuesto de circulación de motos. El descuento se sumará a los que vienen aplicando desde 2016 por la misma cuantía, por lo que la rebaja acumulada alcanzará el 40%. Esta medida afecta a las motocicletas de más de 125 centímetros cúbicos, mientras que las de menor cilindrada disfrutan de una bonificación del 90% que, según apuntan desde el Concello, es "el máximo permitido".

Esta no es la única medida impulsada desde Praza do Rei para favorecer a los motoristas vigueses. En los últimos años se han sustituidos los viejos guardarraíles por modelos más seguros ante posibles impactos, se pintaron pasos adelantados en los semáforos para favorecer su salida sin tener que esquivar a otros vehículos, se utilizó pintura antideslizante en los nuevos asfaltados y se permitió a los pilotos circular por los carriles destinados a los autobuses y taxis. Los distintos colectivos moteros de la urbe olívica han aplaudido también la implantación de las "turboglorietas", que han reducido los siniestros en más de un 60%.