Cumplidos tres de los cuatro años de su mandato al frente de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva cuenta que ha cumplido con los deberes que se había fijado al llegar. Se congratula de que ya nadie discuta que es "la presidenta de toda la provincia", pero también de haber atendido la "demanda justa" de la ciudad y contar "por primera vez" con ella en un reparto "equitativo" de las inversiones. Augura un segundo mandato y "Vigo va a jugar un papel fundamental en ello".

-¿De qué se siente más orgullosa de estos tres años al frente de la ente provincial?

-Del cambio radical en el modelo de hacer política, de respeto a la autonomía local y a que sean los concellos los que decidan las inversiones, ya que representan el sentir de la ciudadanía. También, de haber modernizado esta administración, que no solo era clientelar y caciquil, sino que no estaba adaptada al siglo XXI. Y de una manera muy particular, de nuestra apuesta por la igualdad, de que la mitad de la población entrara en la Diputación con nuestro gobierno. Las mujeres eran invisibles para el anterior.

-¿Qué cosas se han quedado pendientes?

-Aún queda un año de mandato y hemos cumplido el 100% de los compromisos del acuerdo de gobierno del PSOE y BNG. Solo hay una cosa que no logramos: las transferencias a la Xunta de las cuestiones de su competencia, como es la escuela de Enfermería, por la que ya nos hemos reunido con el nuevo rector para que pase a formar parte de la Universidad de Vigo y lo vi muy receptivo. También la finca Mouriscade y Areeiro, de fitopatolgía y procesos de ganadería, y el Príncipe Felipe, de atención a menores. La Xunta no tiene voluntad.

- ¿Hay más proyectos con la Universidad?

-Teníamos muy claro que en esta administración tenía que llegar la creatividad y el conocimiento y este reside en parte en la Universidad, por lo que firmamos un protocolo con muchos proyectos en común. Financiamos Erasmus; ya está muy avanzada la política forestal que elaboramos; tenemos un estudio profundo sobre la velutina, aunque es competencia de la Xunta...

-¿Qué le dice a quien esperara más inversiones de la Diputación en la ciudad?

-No conozco a nadie que esperara más. Es la primera vez en la historia que la Diputación cuenta con Vigo e invierte muchos millones. Y lo sorprendente es que lo hacemos sin restar recursos a ningún otro. De hecho, todos reciben más. Solo este año invertimos 220 millones en cooperación con ayuntamiento. Puedo hacer la gran retahíla de inversiones en Vigo. Empezando por Balaídos, donde la Xunta pone cero euros. Firmamos convenios para dos carreteras, la antigua provincial y la de Bembrive, que se van a iniciar las obras de forma inmediata. Invertimos millones en el deporte vigués financiando clubes y equipamientos. Apostamos por los grandes eventos; cofinanciamos el Marisquiño. Apoyamos a todos los colectivos sociales y de igualdad en cultura y medioambiente. También, al aeropuerto, donde además tenemos una oficina de información turística, el carril bici Teis-Samil, el Aula de la Uned y los nuevos firmes de viarios municipales..No hay ningún ámbito de la acción política de la ciudad donde la Diputación no esté. Es la primera vez que ocurre. Y Vigo participa en toda las acciones que ponemos en marcha. Con David Regades en Zona Franca, ahora hay un trío imparable, liderado por el alcalde, que va a hacer que Vigo todavía crezca más. No he escuchado a nadie que diga que no tiene sus expectativas cubiertas, al contrario. Ni siquiera la oposición es capaz de decir que no invertimos en Vigo.

-¿Para este año que queda tienen algún proyecto nuevo?

-Respetamos mucho la autonomía local. Son los alcaldes y alcaldesas los que plantean en qué proyectos quieren que intervengamos. Por tanto, es el alcalde de Vigo el que lo decide. Y exactamente igual que en el resto, será él el que anuncie los próximos proyectos, que son muchos y muy variados.

-¿Habrá sorpresas?

-Como estamos en todo, es difícil, porque la sorpresa ha sido desde el primer día.

-¿En esta nueva etapa del MARCO entrará la Diputación?

-El MARCO va a tener un impulso por parte del Ayuntamiento como no ha tenido nunca y se verá pronto. Estaremos dónde el alcalde nos pida. Firmamos un protocolo por el que financiamos todo lo que el Administración local plantee. De forma muy inteligente, ha priorizado el grandísimo problema en dos infraestructuras en las que el anterior gobierno provincial no puso ni un euro, que son las dos carreteras, donde vive mucha gente. Ha apostado muchísimo por el deporte, porque hoy todos quieren practicarlo y para eso hay que tener equipamientos. Ha entendido que había que potenciar el aeropuerto y dedicarle recursos a Balaídos por la proyección nacional e internacional del Celta... Es un modelo revolucionario, el más democrático. El anterior presidente tenía 20 millones de libre disposición al año que asignaba a dedo. Eso se acabó. Ahora toman las decisiones los alcaldes y las alcaldesas. Miran qué presupuestos tienen ellos, con qué fondos cuentan de la Diputación y a qué lo dedican. Vamos a volver a gobernar y Vigo va a jugar un papel fundamental.

-En ese presupuesto que la Diputación pone a dispone del Ayuntamiento, ¿cuál es el máximo? ¿Se ha alcanzado?

-Es difícil. No hay un máximo. Tenemos una partida de convenios con Vigo y Pontevedra, que está en torno a los 7 u 8 millones. Pero también cofinanciamos a través de muchas otras áreas: deportes, cultura, igualdad, juventud? En las que Vigo participa y con muchos recursos. El alcalde decía a principios del mandato que Vigo no quería ni más ni menos de lo que le corresponde y que también quería ser solidaria con la provincia y lo ha hecho. Entiende que toda esa potencia que tienen de generar recursos también tienen que recaer en el conjunto de Pontevedra y de Galicia. Una de las cosas que me achacaba esta oposición, a veces pueril, era que iba ser la presidenta exclusivamente de Vigo. Tuvieron que dejar de decirlo porque lo soy de toda la provincia, pero atiendo a Vigo, faltaría más, es su derecho y una demanda justa de la ciudad. Pero sin abandonar a nadie. Nunca los ayuntamientos recibieron tantos recursos. No hay máximos. Todo lo que podemos lo invertimos