El juzgado de refuerzo de Familia que inició su actividad en enero de 2016 echó ayer el cierre. La sala, dotada de jueza, letrada de la Administración de Justicia y tres funcionarios, resolvió casi 1.900 asuntos durante los dos años y medio en los que funcionó. Los casos en trámite que queden pendientes, tanto en materia de separaciones y divorcios como de internamientos, tutelas u de otro tipo, corresponderán a las dos salas de esta especialidad del edificio viejo judicial.

Cuando se habilitó esta sala de apoyo en 2016, en Vigo había solo dos juzgados de Familia. Pero desde entonces ya se creó el tercero, que, debido a la falta de espacio en los edificios de la calle Lalín, se encuentra en el inmueble de La Gota de Leche, cerca del Concello. Esta nueva dotación definitiva puesta en marcha a principios de este mismo 2018 es lo que motiva que el tribunal de refuerzo, tras prorrogarse unos meses su funcionamiento, finalice ahora su actividad.

El juzgado de apoyo estaba en una oficina de la calle Coruña. Un espacio que queda libre y que el juez decano ya planteó que podría albergar, de crearse, la sala laboral que se reclama desde hace años.