El segundo intento de venta del policlínico ha fracasado. El plazo de un año para su venta directa concluyó el pasado 15 de mayo sin ningún pretendiente, como era previsible después de que a dos semanas del cierre no existiera ninguna oferta formal, tal y como informó FARO. Desde entonces, su propietaria, la Tesorería General de la Seguridad Social, aún no ha tomado una decisión sobre qué camino tomar ahora. El futuro de este edificio singular vuelve a estar en stand by.

La prioridad de la Tesorería, "por el principio de eficacia y rentabilidad", era deshacerse del edificio. Lo intentó primero con una subasta, con un precio mínimo de 3,5 millones de euros, que quedó desierta. Si el organismo de la Seguridad Social mantiene su preferencia por la enajenación del edificio, ahora podría "convocar subastas sucesivas durante otro año con el mismo tipo de licitación de la que quedó desierta".

Tras la venta, la Tesorería plantea, por este orden, el alquiler o la cesión del edificio. Esta última opción es la que Comisiones Obreras espera que cristalice. El sindicato es el único que ha hecho una propuesta en firme para el inmueble. Apuesta porque se convierta en una innovadora residencia de mayores que disfruten de cierta autonomía. El Consorcio Galego de Igualdade e Benestar cree que es un "proyecto interesante", pero pide la entrada del Concello en su cofinanciación. La central está esperando a que ponga las condiciones por escrito para reunirse con el Gobierno local y plantear su participación. Desea que la tramitación de la cesión pueda iniciarse lo antes posible.