El gobierno local sigue adelante con la reforma de Gran Vía pese al rechazo que la oposición formalizó ayer en el Pleno. La mayoría socialista rechazó la propuesta del PP de someter el proyecto a la evaluación de la Dirección Xeral de Patrimonio, paralizar la adjudicación del contrato de 8,9 millones de euros y replantear la actuación para respetar el actual bulevar. "Van a destruir de forma unilateral parte de la historia de la ciudad", denunció su portavoz, Elena Muñoz, aplaudida por media docena de vecinos, entre ellos Ana García Román, que inició la campaña en Facebook contraria a la reforma y puso en marcha la recogida de firmas. Hasta ayer por la tarde iban 4.200 y el pequeño grupo interrumpió el debate al grito de "árboles sí, rampas no" que ya exhibieron en su manifestación del domingo 15. Marea considera el diseño acristalado propuesto "una chorrada" y duda de la eficiencia energética del proyecto. Rubén Pérez pidió que se estudie la creación de un tranvía circular en la zona en sustitución de las rampas mecánicas cuya obra arrancará de inmediato.

El concejal de Fomento defendió que el proyecto tiene el respaldo de la UE y triplicará las zonas verdes y los árboles. "Los que se talan es por informe de los ingenieros agrónomos. Están enfermos", zanjó.