Un accidente con productos químicos en el laboratorio de un centro educativo en pleno horario lectivo. La explosión es tan fuerte, que se derrumba sobre la clase con estudiantes del piso inferior. Cinco han perdido la vida en el acto y otras veinte personas han resultado heridas. Este es el escenario ficticio que el instituto Ricardo Mella preparó ayer para que unos cuarenta alumnos de su ciclo formativo de grado medio en Emergencias Sanitarias pudieran poner en práctica lo aprendido.

Es el sexto año que el centro imparte esta formación y el primero en el que prepara un simulacro de estas dimensiones. Participaron más de 80 personas y contaron con la colaboración del parque de Bomberos de Vigo, de Protección Civil y del Servicio del 061.

Saltaron las sirenas. El humo de la explosión se extendió rápidamente por el segundo piso. Por los pasillos, pedían auxilio a gritos víctimas con quemaduras, cristales incrustados, huesos rotos y diversas heridas muy realistas, gracias a la pericia de estudiantes y profesores de la Escuela de Imagen y Sonido. El responsable del departamento de sanitaria, Bernardo Troncoso, alertó a los bomberos, que desplazaron un retén desde la base en tiempo real. Unos diez minutos después llegaron al instituto, donde los fingidos heridos, muy metidos en el papel, demandaban ayuda. El operativo se puso en marcha.

El equipo de rescate, a las puertas, preparaba las camillas para sacar a las víctimas en cuanto los bomberos tuvieran asegurado el edificio. El de soporte vital básico, disponía un punto próximo para una primera atención y valoración de la gravedad de los heridos. En el campo de fútbol se empezaba a levantar el hospital de campaña, para una asistencia más avanzada. Al lado, se organizaría el punto de evacuación en el que una imaginaria "noria" de ambulancias recogería a los que necesitaran traslado al hospital. También la morgue tuvo su espacio.

No faltó ni el punto de atención psicológica a los familiares, en el que ayudaron a madres con ataques de ansiedad al desconocer el paradero de sus hijos. También representaron la central desde la que los mandos de los diversos cuerpos de emergencias adoptan las decisiones.

Varios estudiantes del ciclo de Electrónica grabaron toda la atención para, ahora, poder analizar los fallos que se cometieron y seguir aprendiendo de la experiencia.