La Consellería de Infraestruturas adjudicará esta misma semana la concesión de la ruta de autobús entre Vigo y A Coruña tras rechazar la alegación presentada por la empresa Monbus a través de su filial Castromil, con la que pretendía dar marcha atrás a la renuncia a esta línea, que obligó a la administración autonómica a licitar el contrato de forma temporal. La obligación legal de la Xunta de sacar a concurso las concesiones de transporte de viajeros en 2019 hizo que se permitiese a las empresas renunciar a las líneas que explotaban hasta ahora, lo que Monbus llevó a cabo con la de A Coruña-Vigo, la de mayor cuantía económica -8,3 millones de euros- y con el número de viajeros más grande en toda la comunidad. La compañía argumentó falta de rentabilidad de la ruta para justificar su renuncia y luego intentó enmendar esta decisión, pero desde Infraestructuras explican que una vez que se ejerce el derecho a la renuncia, la concesión pasa a la Administración.