La sequía enturbia y tensa el debate político. Xunta y Concello se enzarzaron ayer con duros reproches por sus respectivas respuestas ante la falta de lluvia. En línea con el PP local, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, criticó la "irresponsabilidad" del Ayuntamiento de Vigo, al que acusó de "jugar con la salud de la gente" por no preparar la planta potabilizadora para un escenario como el actual. Desde el Gobierno local se recuerda a su vez que es la Xunta la que garantiza la calidad del agua y se replica que el problema no enraíza en la potabilizadora, sino en la escasez en Eiras, un circunstancia -recalca el alcalde, Abel Caballero- que podría haberse paliado si Augas de Galicia hubiese reducido el caudal ecológico de la presa hace dos meses, cuando lo pidió el Concello.

Feijóo aseguró que, aunque la prealerta por sequía se remonta a hace más de un año y que desde San Caetano se recalcó la necesidad de "revisar" las canalizaciones y "la capacidad y eficiencia de las potabilizadoras", hace apenas una semana que el Concello de Vigo "puso por fin en claro que su planta no tiene capacidad para potabilizar agua con la calidad necesaria a medida que va disminuyendo el nivel del embalse". "Durante 14 meses estuvieron negando que la planta no está en condiciones de potabilizar el agua a medida que baja el caudal", zanjó Feijóo: "Es una irresponsabilidad que nunca vimos".

Ante esa situación, la Consellería de Sanidade requirió a todas las concesionarias del tratamiento del agua -en el caso de Vigo, a Aqualia- que faciliten "en tiempo real" sus análisis para "dar información, sin alarmismos", a los usuarios. El objetivo, explicó Feijóo, es "tranquilizar o advertir de que los límites están subiendo y que aconsejamos no usar el agua para beber". Según avanzó, los resultados recabados por Sanidade podrían conocerse ya hoy. El presidente gallego apostilló que si las borrascas que se prevén para los próximos días son "suficientes", podría evitarse la "mala noticia" de las restricciones. "Si no lo son, igual tenemos esa eventualidad", admitió.

Desde el Concello se insistía ayer en que, "en estos momentos, el agua de Vigo es potable". Por la mañana Caballero apuntaba que Aqualia realiza análisis cada cuatro horas y envía "inmediatamente" los resultados al organismo autonómico. "La que decreta la potabilidad es la Xunta y la que hace los análisis cada cuatro horas es Aqualia", recalcó el regidor, quien relaciona la turbidez del suministro en algunos barrios con el bajo nivel de Eiras.

"En 2011 la Xunta, a petición de Vigo, garantizó un trasvase de emergencia que nunca hizo, a diferencia de en A Coruña. Ahora, ante esa negligencia, tiene que hacer el trasvase por urgencia y va a ser Vigo la que pague el 80% del coste para dar agua a Redondela, Soutomaior, Moaña, Cangas, Nigrán, Mos, Gondomar, Porriño y Salceda", señala el Concello, que estima que el 17% de la agua potabilizada se redirige a Redondela, Cangas y Moaña. "Vigo puede resolver el problema simplemente cortando el agua a todos los concellos a los que se la da. No lo hacemos, ni lo haremos, por responsabilidad", esgrime el Gobierno olívico, que apunta: "Feijóo oculta su incapacidad mezclándolo con la potabilizadora, que cumple esa función en condiciones normales para Vigo, Cangas, Moaña y Redondela de forma excepcionalmente buena". Desde Praza do Rei se apostilla incluso que el nivel de potabilidad es idéntico al del Louro o Redondela. También recuerdan que Vigo abonó a la Xunta desde que Feijóo es presidente 45 millones en concepto del canon del agua. "¿Dónde están? -replica el regidor-, en Vigo renovamos 300 km de tubos, mejoramos la potabilizadora y pagamos el canon".

La Xunta, por el contrario, critica al Concello por su demora en dar cuenta de la capacidad de la planta y asegura que al tener constancia de esa situación "automáticamente" se decidió reducir el caudal ecológico de la presa de Eiras. "Con todo lo que eso conlleva desde el punto de vista medioambiental", aclara Feijóo antes de criticar que el Ayuntamiento sabe desde 2010 que la planta para el tratamiento del agua es "manifiestamente mejorable". "Durante estos siete años se pudo haber hecho una potabilizadora nueva, pero lamentablemente se hicieron calles, losetas y ornamentos. Ahora estamos en una situación límite que nos preocupa", afirmó.

Una crítica similar lanza el PP de Vigo. Su portavoz, Elena Muñoz, exige a Caballero "información puntual y diaria" sobre los controles del agua y lamenta la "extraordinaria desinformación" actual. "El último informe publicado en la web de Aqualia tiene fecha del 12 de septiembre", denuncia el grupo popular. Muñoz advirtió además de la "preocupación" en algunos hogares de la ciudad: "Se encuentran con el agua amarilla".

Al igual que Feijóo, la representante municipal del PP censuró que el Concello destinara las inversiones de la concesionaria a "poner calles y setos decorativos, aún sabiendo que lo que tenía que hacer era invertir en la potabilizadora y la red". Muñoz -que hizo declaraciones ante el dinoseto, para ejemplificar esas inversiones- volvió a insistir en que Caballero tiene un informe de 2010 que advierte de la necesidad de invertir 21 millones en la planta de tratamiento.

Poco después Caballero lamentaba las "barbaridades, disparates" y la "temeridad" del PP, al que acusó de "sembrar alarma". "Muñoz está nerviosa porque ya hay otros nombres para ser candidata en Vigo", lanzó el regidor para citar a a la secretaria de estado de Economía, Irene Garrido, y a la directora xeral de Administración Local de la Xunta, Marta Fernández.

El primer edil también aludió a Ana Miranda, del BNG, quien un día antes aseguró que acudirá a Bruselas para frenar el trasvase del río Verdugo con el que se pretende reforzar el suministro del área viguesa. "Es política del peor nivel", remarcó Caballero, y cuestionó el daño medioambiental que según Miranda causaría la operación. El BNG insistió ayer en que el trasvase llegaría tarde y aboga por mejorar la planta potabilizadora y una gestión más eficiente, tanto del Concello como de la Xunta.

El regidor aseguró que el coste energético del trasvase es "prácticamente cero" ya que funcionará por gravedad -la otra opción requeriría un gasto de 186.000 euros mensuales- y recordó que beneficia a Vigo y otros municipios. Apostilló además que el bombeo estará listo en cerca de cinco meses. Con respecto al alcalde de Ponte Caldelas, que se ha mostrado contrario a la obra, reconoció entender sus quejas ante la falta de información que le ha dado la Xunta y se comprometió a detallarle el proyecto.