El ahorro de agua no solo se consigue con un consumo responsable a base de cerrar grifos en casa o empresas, limitar el uso de lavadoras y lavavajillas o cortar los baldeos y el suministro en fuentes públicas, entre otras medidas que se están aconsejando y tomando ahora ante la situación de sequía histórica que vive Vigo y Galicia. Todo suma, pero de poco valdrían estas medidas si el sistema que lleva el agua desde la potabilizadora al resto de la ciudad perdiera agua o no la suministrara en las mejores condiciones posibles. Y esto es precisamente lo que desde el Concello y Aqualia defienden que se ha venido haciendo a través de inversiones de varios cientos de miles de euros que -aseguran- han permitido que a día de hoy el este gasto de agua sea un 12,6% inferior al que se registraba en 2009.

Un ahorro que, de no haberse logrado, habría provocado que Vigo tuviera hoy agua para menos de los 70 días que se estiman actualmente. "Esto nos posibilita dar suministro a la misma población con menos recursos del medio", destacan fuentes municipales.

El control de las pérdidas en la red se convirtió en uno de los principales objetivos hace ya casi una década. "Para ello fue necesario realizar inversiones en sistemas y equipos con la tecnología más avanzada, así como la formación del personal con el fin de tener un equipo humano cualificado y formado", explican los técnicos. Un trabajo de reducción y control de fugas que -explican- se realizó a través de cuatro actividades fundamentales: control activo de fugas, gestión de presiones (permiten reducir la pérdida de agua cuando se produce una rotura o fuga); gestión de las infraestructuras; y mayor "rapidez y calidad" de las reparaciones. "Son medidas de carácter preventivo a medio plazo y muy relevantes y apreciables en este momento, ya que ayudan de forma extraordinaria a afrontar una situación de sequía como la que se está produciendo", destacan desde la concesionaria.

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En este ahorro no se incluye el que el propio Concello asegura que se ha logrado en el último mes y medio con las medidas activadas para reducir el consumo y que, según sus estimaciones, ronda otro 10%.

En lo que respecta a las actuaciones técnicas para evitar un malgasto de agua, la mayor inversión (425.000 euros) se realizó en la sectorización de la red y el sistema de telecontrol (251.734 euros). "Ha permitido disponer de los datos de gestión para optimizar el sistema, controlar los bombeos, la calidad del agua y disponer de un sistema jerárquico con envío de alarmas las 24 horas, lo que posibilita la actuación rápida en caso de contingencias", remarcan.

Pero además, a lo largo de toda la red Aqualia instaló sensores que le permiten un control activo de las fugas y poder conocer en tiempo real la existencia de un posible problema y su localización. En esta tecnología invirtió más de 45.000 euros. Además, tiene un coste de otros 95.300 anuales. Algo similar se realizó para controlar y modular las presiones (102.000 euros). Con ello, no solo aseguran que se logren disminuir las roturas, sino también reducir la pérdida de agua cuando éstas se producen. Desde el Concello añaden además la "importancia" que ha tenido para el ahorro de agua la reforma de calles. "A ello se suma la renovación de 70 kilómetros de red de abastecimiento gracias a las obras de humanización en los últimos diez años".

Y, aunque todo ello ha contribuido a frenar la pérdida de agua, no ha sido suficiente para que una sequía como la actual desencadene una situación de emergencia. Un problema que podría disminuir a corto plazo con la ejecución de alguna de las dos alternativas de bombeo hacia la traída de Vigo planteadas por la Xunta y que Caballero le ha "urgido" que inicie ya (ver gráfico).