Buscaba piso de alquiler y encontró verdaderos chollos por internet: viviendas bonitas y baratas. Así que llamó al número de teléfono de contacto, acudió a esa empresa de servicios inmobiliarios en pleno centro de Vigo, en la calle Policarpo Sanz, y le volvieron a enseñar en los ordenadores esas casas. Convencida, pagó los 150 euros de suscripción anual, requisito para ver in situ los pisos. Y cuando los visitó, observó, relata, que no se parecían en nada a los de las fotos. Pero cuando acudió con su madre a la oficina a quejarse y exigir la devolución del dinero ya que se sentía "estafada", lejos de recuperar la cuantía esa visita derivó en un altercado que ha acabado en los juzgados.

La vista se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo. La Fiscalía acusa a una trabajadora de la inmobiliaria de delito de lesiones por supuestamente herir con un bolígrafo a la madre de la joven clienta que reclamaba el dinero. A su vez, esta mujer, la progenitora, también está acusada de delitos leves de coacciones y de maltrato de obra. Ocurrió el 27 de octubre de 2016, cuando, según la acusación, madre e hija fueron a la oficina a reclamar el dinero. Al recibir la negativa por respuesta, la progenitora tuvo al parecer una discusión con la propietaria, diciéndole que eran unos "estafadores" y advirtiéndoles de que no se iría de allí hasta que les devolviesen los 150 euros.

Supuestamente, llegó a pasar a la zona interior del mostrador y amenazó con tirar un ordenador al suelo. Una trabajadora de la oficina, según la Fiscalía, "golpeó en la mano y en el pecho" a la mujer, lesionándola, hasta que logró que soltase el monitor y se fuese de la oficina.

La trabajadora declaró ayer que la mujer acudió "muy alterada" y negó que la agrediese con un bolígrafo. "Tendría un boli en la mano ya que es mi material de trabajo, pero no soy consciente de haberla golpeado", dijo. Mientras, la madre de la clienta afectada contó que fue con su hija para recuperar el dinero y que, ante la negativa recibida, pidieron una hoja de reclamaciones. "Trajo un papel que no era oficial y no acepté eso, me quedé a esperar a que nos devolvieran el dinero y anularan el contrato", cuenta, negando que hubiese intentado tirar un ordenador. "Ella [la otra acusada] se abalanzó sobre mí y sentí una punzada en el pecho y en un dedo", afirma. La hija, que no recuperó el dinero, declaró que observó que la empleada le "clavó" el boli a su madre: "Cuando estábamos allí sonó el timbre y era otro chico que venía a reclamar los 150 euros".