¿Qué hacer con un hijo con síndrome de Down? Este problema unió a ocho familias hace medio siglo, cuando se conocía poco de esta alteración genética y en la ciudad no había centros para atenderles. Fueron los fundadores de la Asociación Galega San Francisco, que luchó por crear estos servicios y sigue haciéndolo hoy por mantenerlos. Cuenta con tres complejos en la ciudad en los que 118 trabajadores atienden a 190 usuarios. Una exposición en la sede de Afundación repasa su historia, desde el lunes.

Fue una asistente social, Conchita, la que puso en contacto a las familias fundadoras. Los capuchinos les facilitaron un local para reunirse y allí dieron con el padre Carlos A. Ortiz Ramos, un psicólogo que decidió implicarse en el proyecto. Lo hizo de tal modo que se convirtió en uno de los principales artífices de lo logrado. El primer centro nació el 14 de octubre de 1967 bajo su dirección, cargo que mantuvo hasta 2010, cuando se jubiló. También estaba involucrado el psiquiatra y neurólogo Modesto Vázquez-Noguerol, que cedió una casa familiar para la primera escuela de educación especial. Las clases empezaron ese 2 de noviembre.

La falta de modelos que sirvieran como referencia complicó los inicios e hizo que el proyecto se reinventara en abril de 1969, con el traslado a una casa de San Andrés de Comesaña. En verano de ese mismo año el Ministerio de Vivienda les asignó la parcela en la que hoy se levanta su sede, en la calle Cangas, dentro del II Plan de Desarrollo de Vigo. Entonces, ese polígono de Coia era todo monte.

¿De dónde sacaron el dinero para construirlo? "De todos los ministerios, hasta del Ejército e incluso hay una noticia que dice que Franco donó cien pesetas", recuerda Eladio Fernández, el sexto y actual presidente de la entidad. Cuenta que el que conseguía todo esto era el padre Carlos. "Si no hubiera estado al frente una persona con mínimos conocimientos de esto no habría salido adelante y la sotana, en aquellos tiempos, habría muchas puertas", considera. Junto a Teresa González, una de las madres fundadoras, agradece que el capuchino se implicara con las familias. "Pudo hacerlo para la orden, pero optó por desarrollarlo como movimiento asociativo y le dejaron dedicación casi exclusiva", loan.

El centro fue innovador para su época. El director viajó a países nórdicos y a EE UU en busca de modelos y trabajó con los arquitectos Xosé Bar Boo y Alberto Baltar. El resultado es un edificio que sigue sorprendiendo por su originalidad y luminosidad, con un enorme lucernario central y luz natural en todas sus estancias. Se abrió en 1976.

Los hijos de los fundadores eran pequeños, por lo que la asociación -declarada de utilidad pública y de interés público y social en 1971- comenzó ofreciendo educación, con profesores en comisión de servicios. A medida que fueron creciendo, los servicios se adaptaron a ellos. Primero incorporando un centro ocupacional -que hoy cuenta con un taller de confección y dos de manipulado y marquetería- y luego, con una residencia, para dar cobijo a aquellos usuarios a los que les fallecían los padres. Ahora también disponen de un centro de empleo, con un taller de imprenta que trabaja para la Administración, particulares y otras imprentas.

Al avanzar en la atención a este colectivo, en 1976, se percataron de que no había ningún servicio para personas con grandes necesidades de apoyo y elaboraron un proyecto para construir uno para menores. Una a una, fueron comprando parcelas en Samil para lograr el terreno donde se levantó el complejo de atención especializada infantil -hoy, juvenil, en avenida de Europa 94-. En aquellos tiempos se celebraban muchos eventos, como desfiles y festivales, para recaudar fondos. Uno de ellos, a finales de los 70, reunió a Albano, Betty Missiego y Juan Pardo.

La construcción de este centro comenzó en 1978 y se concluyó en 1980. Una época de cambio político a nivel nacional en la que no encontraban apoyo para abrirlo. Lo hicieron en 1982, cuando se pasaron las competencias a la autonomía. Fue cuando Eladio se incorporó a la lucha. "Abrimos el centro con una subvención y metimos a 20 familias. A los seis meses se acabó el dinero, pero ya teníamos respaldo social. Cerramos el colegio y las familias se movilizaron. Logramos 8 millones de pesetas", destaca Fernández. Cuando estos chavales rebasaron la mayoría de edad, hizo falta un tercer complejo. Nació el Centro de Atención Especializada de Adultos, en Tomás Paredes. Lo inauguró la, por entonces, Reina, Doña Sofía, el 1 de diciembre de 1994.

Teresa y Eladio recuerdan que entre los peores momentos de su historia está el arresto de uno de sus logopedas acusado de violación a una usuaria, algo que fue desmentido después por un equipo forense y la sentencia. El otro, el enfrentamiento con la Consellería de Política Social cuando Beatriz Mato era su titular. La asociación tenía que invertir 900.000 euros en adaptar sus tres complejos, antiguos. Si no reunían estas condiciones, no recibían ayudas, las mismas que necesitaban para costear las obras. "Una pescadilla que se muerde la cola", explica su actual directora, Catalina Conde. La Xunta les retiró las plazas concertadas y se las dio a una empresa. La asociación se vio abocada a un ERE y estuvo a las puertas del cierre. Llegaron a un acuerdo con la consellería porque las familias se negaron a cambiar a sus hijos del centro en el que habían estado toda su vida -el usuario que lleva menos tiempo entró hace 8 años-. "Les cambias el mundo al que están habituados y aquí promocionan su autonomía, en un geriátrico, no", defiende Teresa. El nuevo titular de Política Social, José Manuel Rey Varela, "pidió perdón a los trabajadores y a las familias por la actuación de la Administración", agradece Fernández. Ahora esperan recuperar el concierto de sus plazas como públicas, que los alivie de la asfixia económica y les permita restaurar servicios perdidos.

Una de las ilusiones de la asociación, que sigue creciendo con sus usuarios y su esperanza de vida, es la de construir una residencia mixta, donde padres e hijos puedan convivir cuando los primeros necesiten este tipo de atención. Ya tienen los terrenos y mantienen las ganas para seguir "guerreando".

Eladio Fernández | 6º Presidente

"Queremos recuperar los servicios perdidos y aspiramos a una residencia mixta para padres e hijos"